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Es una constante en los romances entre personaje famoso y joven desconocida que estamos viendo últimamente: en cuanto la relación se hace pública, ella cierra su Instagram por obras. No tarda mucho en volver a abrirlo: en 24 o 48 horas recupera la activo convenientemente aseado y listo para acumular seguidores. Sucedió con Mar Torres , la breve novia de Felipe Juan Froilán, y vuelve a ocurrir con Ana Soria, flamante nueva acompañante del torero Enrique Ponce. Ambas, además, se presentaron de manera similar: con fotos en bikini. El 'flirt' de Soria y Ponce está ocupando horas y horas de televisión por romper divorcio mediante su aparentemente perfecto matrimonio con Paloma Cuevas. Ahora un nuevo argumento se suma a la narración: ¿será Ana Soria la nueva sensación de la influencia de moda, comenzará a presentarse a 'castings' para hacer realidad su sueño de ser actriz o se limitará a ejercer de 'socialite'?
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Ana Soria tiene bastante claro en qué fotografías se ve más favorecida: en prácticamente todas las imágenes que ha colgado muestra preferentemente su perfil. Esta es una de las pocas fotos en las que mira en dirección de cámara y podemos verla claramente.
Como en el caso de Mar Torres, la ex novia de Felipe Juan Froilán, Ana Soria ha querido compartir fotografías en las que la vemos, preferentemente, en bikini. Una exhibición de su talla de modelo que puede venirle muy bien de cara a marcas de moda que busquen una nueva influencer con una exposición, de momento, brutal.
Ana Soria ha querido abrir su perfil de Instagram y presentarse al mundo dedicándose íntegramente el perfil a sí misma: prácticamente todas las fotografías que vemos son imágenes suyas, probablemente porque quiere apartar del foco público a su familia y amigos. De momento no ha compartido ninguna fotografía con Enrique Ponce ni con sus padres, con los que supuestamente está compartiendo vacaciones.
Es de agradecer la naturalidad con la que Ana Soria ha compartido sus primeras fotografías, en las que podemos verla imitando los posados playeros más estereotípicos, como cualquier otra joven veinteañera que quiere hacerse promoción en las redes sociales.
En las fotografías con las que Ana Soria se presenta en Instagram podemos ver perfectamente la bisoñez de la joven: por timidez o porque le falta soltura, no se atreve a mirar a la cámara, un gesto que dominan a la perección las influencers de moda más expertas.
Divertidísima fotografía de Ana Soria en la que, además de presumir de tipazo, prácticamente se confunde con la pared y las losas del suelo debido a un bronceado intensivo o a un filtro que le recomendamos borrar del móvil.
Una de las pocas fotografías veraniegas en las que vemos a la jovencísima Ana Soria vestida. Lleva un vestido rosa palabra de honor y de nuevo la vemos algo estática y de perfil. Seguro que le va a sacar partido a unas clases de interpretación o el 'mentoring' de una experta en influencia en las redes.
Esta es la única fotografía en la que la vemos acompañada y en una escena más natural, con su buen amigo Alejandro Flujas.
Otra fotografía de ella misma, en la que Ana Soria insiste en un rictus serio y la tendencia al perfil que no le hace justicia su naturalidad y juventud.
Ana Soria se ha tenido que gustar mucho en esta foto, porque es la única que rescata de su álbum personal para su presentación pública en Instagram que no es del verano.
Otra fotografía rescatada del otoño, con el mismo look que ya vimos en la imagen anterior. Seguimos con la duda de porqué Ana Soria se gusta solamente de perfil y estamos deseando ver cuánto tarda en reconducir su estilo amateur e imagen sin filtros hacia el calculadísimo estilo de las influencers de moda y belleza. No va a tener problema: las agencias se la van a rifar.