Dos semanas. Ese es el tiempo que ha pasado desde que saltara la noticia bomba (aunque algunos aseguran que era un 'run run' que sonaba con fuerza en los mentideros del corazón desde hace tiempo): Enrique Ponce y Paloma Cuevas, esa pareja perfecta que era sinónimo de poner el broche de elegancia a cualquier 'photocall', ponía fin a sus matrimonio tras un cuarto de siglo de amor que se había esfumado.
Dos semanas en las que, mientras que el torero ha dado el paso al frente de reconocer que mantiene una relación con la joven Ana Soria (negando la infidelidad a su mujer, que las historias se hayan solapado en el tiempo) y de exhibir esa nueva etapa de su vida, Paloma ha optado por recluirse. Dicen que es la finca La Cetrina, donde tenía su domicilio familiar con Ponce, la que le ha servido de escondite. De 'cueva' para sobrellevar el revuelo mediático y el dolor de ver, con sus propios ojos, esas fotos del diestro de vacaciones con su nuevo amor.
Paloma se ha refugiado en los suyos. No solo en su familia, sino también en u n discreto círculo íntimo (tanto como lo es ella) para sobrellevar esta especie de duelo a la que una se enfrenta cuando tiene que acometer la empresa del divorcio. Y de entre esas amistades con las que cuenta para pasar el bache, sobresale la figura de Cristina Yanes, que se ha erigido en gran confidente de Cuevas.
"Contigo aprendí... y aprendo cada día... Todas tus amigas a tu lado, ahora más que nunca. Te queremos mucho", eran las palabras que ayer mismo le dedicaba Cristina en Instagram junto a una foto abrazada a la propia Paloma. Lo hacía después de que este fin de semana Enrique colgara, por primera vez, una instantánea llena de complicidad y romanticismo con Soria ( que puedes recordar aquí ). Un gesto que ha generado un debate entre los que lo consideran innecesario porque ahonda en la herida de su exesposa, y quienes dan el visto bueno a que el diestro dé naturalidad a esta nueva etapa.
Cristina, una de las joyeras más prestigiosas de la capital, se ha erigido como gran confidente de Cuevas. Ella fue una de las primeras personas a las que, antes de que estallara el escándalo en los medios, le contó los detalles de la situación que había en casa y cómo el siguiente paso sería, de manera irremediable, poner fin a esos 24 años de matrimonio. Junto a Yanes, cuenta con Paloma Segrelles y Patricia Rato, que tienen experiencia para aconsejarle, pues ya pasaron por este trago.
Yanes procede de una familia que echó raíces en el mundo de la joyería a finales del siglo XXI, en 1881. Cinco generaciones después, nació ella, hija de Jesús y Manuela Yañes, famosos joyeros cuyos pasos siguió con orgullo ella. Un rostro imprescindible en las fiestas de la alta sociedad madrileña. Directora general de la firma nombrada con su apellido, es la primera mujer que ha conseguido presidir la Asociación Española de Joyeros.
De lealtades fuertes, como demuestra el haberse convertido el hombro en el que Paloma derrama sus lágrimas, lo demuestra también los 30 años de matrimonio que lleva a sus espaldas con José Luis Santos, presidente de la cadena hotelera Santos y en la lista elaborada en 2019 con las 200 mayores fortunas de nuestro país. Una simbiosis empresarial perfecta que ella ni se imaginaba cuando a los 17 años, mientras aprendía la profesión en el taller familiar, comenzó a formarse en Gemología. Una carrera brillante que fue reconocida en los Premios Mujerhoy 2017 .
Madre de tres hijos (José Luis, Natalia y Michi) y residente en una casa frente al madrileño parque de El Retiro, Yanes, conocida por ser una perfecta anfitriona en todos los eventos que promociona (incluidas las recepciones en ese inmueble mencionado), tampoco desatiende sus labores solidarias: colabora, entre otras, con la Asociación Española contra el Cáncer y las Fundaciones Pedro Jaén y Aladina.