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No se puede decir que sea una sueño realidad, pues es el tercer yate que estrena Rafa Nadal. Sin embargo, con este barco ha ido un paso más allá en su incursión en las calmas aguas del Mediterráneo: ha conseguido por fin una embarcación que funcione como una verdadera casa sobre el agua. Se trata de un catamarán encargado en el astillero polaco Sunreef Yachts, totalmente personalizado, y con capacidad para albergar a 12 pasajeros: tiene 12 metros de manga (anchura) y casi 30 de eslora (de largo) y ha costado alrededor de 5,5 millones de euros. No es un "juguete" que pueda amarrarse en cualquier sitio. De hecho, el tenista tuvo que esperar a que el ayuntamiento de Palma de Mallorca reformara el muelle de Porto Cristo para poder atracarlo. Ahora, está encantado. "Es perfecto. Su estabilidad es increíble: puedes relajarte, dormir.... Muchas veces ni notas que estás en un yate. ¡El salón es más grande que el de mi propia casa", ha explicado en una entrevista a 'Forbes'.
"Como tiene 12 metros de manga, es una embarcación que te permite múltiples posibilidades. Tiene tantos espacios que puedes ver el mar desde múltiples perspectivas. Incluso puedes llevar la 'jet ski' (una moto de agua monoplaza) a bordo", continúa Nadal. El tenista, como buen mallorquín, ha navegado desde siempre: "Los barcos forman parte del estilo de vida de la isla"; confirma. Y con este gran catamarán en propiedad puede improvisar un día en el mar sin preparativos o esperas. "Cuando dependes de un alquiler no puedes salir inmediatamente. Cuando tienes el barco cerca de casa, te levantas, desayunas y ya puedes salir. Es una vía de escape para el estrés que necesitaba".
El multicampeón mallorquín confiesa que navegar le ayuda muchísmo a aliviar la presión que supone estar en la élite de tenis mundial. "Para mí es importantísimo, porque me ayuda a recobrar la energía positiva. Me ayuda a avanzar en mi carrera como deportista profesional. Reconozco que dar el paso de tener un barco como este en propiedad es importante, porque es muy caro, pero me hace mucho bien en mi vida personal", continúa explicando..
Este verano, el orgulloso propietario amarra el catamarán más grande del puerto mallorquín, justo enfrente de su casa. Y, de hecho, planea probar este espacioso yate bien cerca de su domicilio. "La mayor parte del tiempo pensamos quedarnos en Baleares, porque no tengo mucho tiempo libre como para llegar más lejos. Necesito concentrarme en el tenis y no perder ni un entrenamiento para seguir con los buenos resultados en competición. Pero estoy deseando poder tener más tiempo y descubrir el mundo en este barco".