Curro Romero y Concha Márquez Piquer
Ella era hija de una grande, doña Concha Piquer, y del no menos famoso torero don Antonio Márquez, ahijada de Eva Duarte de Perón, estudiante de ballet y arte dramático y educada en internados británicos y suizos. Él, el torero más famoso de su época, para muchos un genio. Se besaron cuando ella tenía 15 y se casaron cuando cumplió los 17. En un reciente libro de memorias, Concha Márquez Piquer recuerda que su matrimonio terminó tras 17 años debido a la afición del diestro por la juerga. "Las juergas flamencas de Curro duraban dos y tres días (...) Y cuando no, partidas de póquer interminables. Lo del póquer era, más o menos, soportable porque al fin y al cabo le tenía en casa, pero ¿y cuándo tenía que ir a buscarle a algún tablao preocupada porque se había prolongado más de lo normal?". Y por las infidelidades. "Ponérmelos, sí que me los puso, pero muchos años después de casarnos", escribe. El divorcio fue sonado. "Un día, después de muchas situaciones desagradables, sospechas de infidelidades y demás, hablamos de ello en el comedor de la Castellana (...) A pesar de aquello, Curro siguió viviendo en otra habitación más de un año, resistiéndose y negándose a irse (...) Ante su actitud me fui a ver a Luis Zarraluqui e inicié los trámites del divorcio. Debo añadir que por parte de Curro no hubo ninguna magnanimidad, ya que incluso llegó a poner precio a las joyas que me había regalado, así como a un dibujo que Picasso nos regaló a los dos".
GTRES