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El verano ha sido (y sigue siendo) suyo. El romance entre Enrique Ponce y Ana Soria, aún no sabemos si reciente o de alcance más largo, se ha convertiro en esa historia que no nos cansamos de actualizar con la más mínima novedad (como esta amenaza de él con emprender medidas legales, desbordado por la presión). Es cierto: la pareja ha ido alimentando nuestra mirada ávida con un goteo de fotos irresistibles en Instagram: arrumacos en una terraza, bailes ochenteros, arrumacos en yate, posados en bikini, arrumacos en la playa...
No se puede decir que el diestro y la estudiante se mantengan totalmente al margen de todo el tinglado mediático-torero que estamos viviendo. De la misma manera que corren ríos de tinta digital contando naderías, a veces son verdaderas teorías de la conspiración. Y como queremos saber, siempre hay quien pretende satisfacernos, aunque sea con cuentos. Algo es cierto: Enrique Ponce va a llenar todas las plazas en las que se presente esta temporada. El año pasado, un cartel con Ponce y Cayetano no llegó a tres cuartos de plaza en 'La Misericordia' de Zaragoza.
Dos noticias nos han alarmado esta semana, hasta el punto de plantearse la posibilidad de que la pareja empezara a traslucir el principio de un declinar. El final del verano, ya se sabe, anuncia rupturas. Y no pintaba nada bien que Enrique Ponce hubiera borrado todas sus fotos con Ana Soria de su perfil de Instagram. Que no cunda el pánico: los especialistas en rupturas y romances ya han contado que no tiene nada que ver con ningún enfriamento preventivo, sino con un gesto hacia su ex, Paloma Cuevas, acaso preocupada por la imagen que seres queridos de la familia puedan hacerse del torero. Por los arrumacos.
El segundo indicio que un presunto declinar del 'flirt' del verano fue una bronca, supuestamente producida en la playa almeriense. Alguien llamó a alguien que lo dijo en un medio de comunicación asegurando tener pruebas, pero al final ni pruebas ni pruebos, y todo quedó en otro intento fallido de hacerse hueco en la tele por parte de un aspirante a colaborador ya bien conocido en el negocio. Además, se hizo pasar por policía local del Cabo de Gata, con lo que se expone a ser acusado del delito de usurpación de funciones públicas.
Por suerte para la pareja, la vida sigue. Ana Soria continúa su exhibición de 'body' en Instagram, desde donde derrocha influencia sin de momento lucrarse de ello a través de ninguna marca. Y Enrique Ponce torea hoy en la plaza de toros de Alcalá de Henares (Madrid), junto a Sebastián Castella y Miguel Ángel Perera. No sabemos si Ana Soria le acompañará en las gradas, tal y como ha hecho en Huelva o, más tarde, en el Puerto de Santa María (Cádiz), cuando el torero sufrió una pequeña cogida sin consecuencias. Pero no nos vamos a quedar con la duda. Lo veremos, sin duda, en todas las pantallas.