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El final del verano nos está dejando historias de amor maravillosas, con auténticas princesas del siglo XXI y príncipes encantadores aunque talluditos. Ellas apenas empezando a ver de qué va el mundo y ellos, de vuelta de todo. Pero con permiso de Kiko Matamoros y Enrique Ponce, los protagonistas de la crónica social nacional, el romance que más nos ha sorprendido es el de Brad Pitt con Nicole Poturalski, una modelo de 27 años alemana con la que fue fotografiado en el el aeropuerto Charles de Gaulle de París, cogiendo un avión privado en dirección a Le Castellet, al sur de Francia. Su objetivo: unas vacaciones en el Château Miraval, el castillo donde también se encuentran los viñedos con los que Pitt elabora vino rosado y champagne.
La alarma fue global: ¿tiene por fin novia Brad Pitt? ¿Ha nacido quien le arranque de la soltería o le reconcilie con el amor? Pero no, no podemos decir que Poturalski sea su novia, porque está felizmenta casada y tiene un hijo con Roland Mary, de 68 años, propietario de uno de los restaurantes más visitados por VIPS de Berlín. Este trío es fascinante lo mires por donde lo mires, pero especialmente si nos ponemos en la piel de Poturalski. ¿Cómo se las ha arreglado para irse de vacaciones con Pitt con el beneplácito de su marido?
La apasionante relación entre Nicole Puturalski, Roland Mary y, ahora, Brad Pitt parte de una base vanguardista: se trata de una relación abierta. Es decir: ambos miembros de la pareja pueden mantener relaciones o 'flirts' paralelos, en la modalidad que ambos acuerden (se lo pueden contar el uno al otro o no; con limitación de tiempo o ninguna). No se trata de una excentricidad o de ganas de experimentación. Es la solución que abre una ventana a la esperanza para las parejas formadas por hombres maduros y veinteañeras.
Efectivamente: pensamos, especialmente, en Enrique Ponce y Kiko Matamoros. O, más bien, en Ana Soria y Marta López Álam. Nuestras princesas del verano disfrutan ahora de la segunda juventud de sus respectivos, pero dentro de 15 años, cuando ellas comiencen a experimentar la plenitud sexual y emocional, no podrán compartirla en toda su intensidad con sus parejas, probablemente más interesados en echar la siesta que en vivir aventuras erótico-festivas. Complicada situación, sobre todo si el amor sigue vivo y lo único que se desajusta es el sexo.
Por suerte, el trío formado por Brad Pitt, Nicole Poturalski y Roland Mary han puesto sobre la mesa una posible solución: una pareja abierta que les permita a ellas sacarle el máximo partido a su existencia, tanto en el terreno sexual como el emocional. Y en vez de cerrar la puerta a los Brad Pitt que aparezcan, aceptar la situación. Puede ser la una fórmula curiosa para que su pareja perdure.