La herencia de Francisco Rivera Paquirri, fallecido en 1984, continúa sin resolver más de 25 años después de su muerte, con reclamaciones por parte de sus tres hijos. /
El mundo del corazón y la crónica rosa de la televisión lo ha vivido como un terremoto, pero en realidad estamos viendo emerger un iceberg que lleva a la deriva desde 1984, cuando se abrió el testamento de Francisco Rivera Paquirri, el torero más deseado de la época y dueño de una fortuna, por entonces, legendaria: alrededor de 6 millones de euros. Las tres partes interesadas (la familia del diestro; su primera esposa, Carmina Ordóñez y sus dos hijos; y su viuda Isabel Pantoja y su hijo recién nacido) tuvieron que ponerse de acuerdo 'in extremis', pocos días antes de que terminara el plazo legal obligatorio para firmar la declaración de herederos. Lo que entonces se firmó tiene poca vuelta legal y no supone hoy el fondo de la disputa: Pantoja cambió lo que el torero había querido usufructo por propiedades con la aquiescencia de todos. ¿Por qué volvemos hoy a hablar de las fincas y posesiones de la herencia de Paquirri? Por las reclamaciones, legales y morales, de sus tres hijos.
La felicidad absoluta de Francis Rivera Paquirri e Isabel Pantoja el día del nacimiento de su hijo Francisco José, en 1984. /
Esta distinción entre lo moral y lo legal es central, pues explica por qué ha saltado a la televisión, y de una manera tan dramática, una disputa familiar tan íntima. Desde la misma firma de la declaración de herederos en los años 80, en cuanto los dos hijos mayores de Paquirri comprobaron que Isabel Pantoja no accedía a devolverles los objetos personales (trajes de torero, capotes, etc.) que el diestro había dispuesto para ellos, el caso quedó en manos de los tribunales. La disputa legal se zanjó en 1994 con una sentencia a favor de Francisco y Cayetano que no pudo llevarse a cabo, pues la tonadillera adujo que tales objetos habían sido robados de su finca, Cantora.
Vídeo. Cayetano Rivera se pronuncia tras la entrevista de Kiko Rivera
Ahora que Kiko Rivera ha afirmado en televisión que todos esos objetos no fueron robados, sino que se guardan en una habitación bajo llave, es posible reactivar los procesos legales que giran en torno a esta parte de la repartición. Según el abogado de Francisco Rivera hijo no existe aquí prescripción: la gestión legal por la vía civil sería sencilla. Pero, además, podría seguirse la vía penal con la denuncia de un delito continuado de apropiación indebida, siempre que se pruebe ante el juez (basta un testimonio) que, efectivamente, los objetos de Paquirri están en la habitación prohibida de Cantora.
Fracisco Rivera Paquirri con sus dos hijos mayores, nacidos de su matrimonio con Carmen Ordóñez: Francisco y Cayetano. /
Más difícil lo tiene Kiko Rivera, el hijo menor de Paquirri. Su demanda podría no tener base legal, sino más bien moral: reclama a su madre que no le haya ayudado a pagar sus deudas con Hacienda, pero sí se haya ayudado a sí misma hipotecando una y otra vez la propiedad que comparten como legado de su padre, la finca Cantora. El reclamo tiene mas aristas: la cantante podría tener otras propiedades, escrituradas a su nombre o en nombre de terceros, libres de cargas. En la versión de Francisco José 'Kiko' Rivera, la cerrazón de su madre a la hora de solucionar los problemas económicos de ambos explica que haya tenido que recurrir a la televisión como medio de presión a su alcance. La reputación de Isabel Pantoja puede quedar dañada para siempre: pocos pueden entender que hipoteque el futuro de sus hijos y, a tenor del calibre de su deuda (superaría los dos millones de euros), también el de sus nietos.
Isabel Pantoja junto a Kiko Rivera, quien ahora le reclama la gestión de la herencia de su padre, Francisco Rivera Paquirri. /
Estamos ante una monumental crisis reputacional insalvable ya para Isabel Pantoja, intervengan o no los jueces para resolver las deudas de madre e hijo. Sobre todo, porque Kiko Rivera ha aliñado sus demandas económicas con un retrato poco agraciado de su madre, a la que le achaca desentenderse de él desde que era niño. Sin embargo, el máximo interés ya no está en las disquisiciones emocionales de los Pantoja, sino en qué comportamientos por desvelar podrían denunciarse vía tribunales, hasta el punto de una posible anulación de ventas que podrían resultar ilegales.
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En estos momentos, Kiko Rivera investiga ventas de partes Cantora e incluso su alquiler, pues no ha recibido el porcentaje de beneficios que le correspondería como copropietario. Además, Francisco Rivera ha manifestado en un programa de televisión que, en su opinión, "hay mucho más". "No estoy preparado para hablar de ciertas cosas todavía", afirma el hijo mayor de Paquirri. "Tengo que meditarlo, verlo. No tengo claro que quiera hacerlo. Pero creo que se debería saber toda la verdad. Porque se ha especulado tanto... En esto hay mucha gente involucrada, no sólo Isabel Pantoja".