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A Miley Cyrus la hemos visto en actitudes más que lamentables. Mucho. Incluso, llegó a ser fotografiada fumando marihuana. Unas imágenes que dieron la vuelta al mundo... lo que no pareció preocuparle en exceso. Precisamente los excesos, fueron los que llevaron a que Chris Hemsworth rompiera su compromiso con ella (antes de darse esa última oportunidad que terminó en divorcio con infidelidad de ella mediante).
Las polémicas que han rodeado a la cantante de 'Wrecking Ball' han sido muy variaditas. Pero parece que los tiempos de 'niña mala', han pasado. Hizo un amago cuando regresó a los brazos de Hemsworth, pero se debió aburrir y se rindió, una vez más, a los cantos de sirena del delirio. Pero, como decimos, promete que es una nueva Miley. Una que no bebe y que detesta las drogas.
Una amiga suya confesaba recientemente a 'People' que, fue hace aproximadamente un año, cuando se sometió a una intervención en las cuerdas vocales, cuando se dio cuenta que algo tenía que cambiar en su estilo de vida. "Durante su recuperación de la cirugía, ganó una mentalidad completamente diferente. Se dio cuenta de que le encantaba estar sobria. Se sentía más productiva y más concentrada. Ella está madurando", manifestaba. Aunque, debemos decir, sus coqueteos con esas sustancias que ahora rechaza en su vida, han sido constantes.
Hasta ahora. Este lunes, Cyrus celebraba su 28 cumpleaños. Con motivo del mismo, ha realizado unas confesiones al podcast 'New Music Daily', de Apple Music, en las que ha manifestado que lleva dos semanas sobria: "Es bastante fácil para mí estar sobria o entrar y salir de la sobriedad, porque es como si me levantase un día y decirme a mí misma: "Ya no quiero hacerlo". Y la verdad es que ya no quiero beber más": Así de rotunda.
"Siendo completamente honesta durante la pandemia, me caí y me sentí muy mal. De no ser por ese arrepentimiento no estaría aquí diciéndote: 'Estoy jodidamente sobria'. Para mí fue una mierda porque no soy una persona moderada, no creo que todos tengamos que estar sobrios. Creo que cada uno debe hacer lo que mejor sea para ellos, cualquier cosa que nos haga feliz", añade a continuación, dejando a sus seguidores algo confusos. ¿Quiere o no quiere estar sobria? Bueno, pues en realidad sí, pero cree que tiene el control de sus dependencias: "Soy muy disciplinada pero tengo un problema con la bebida. Sin embargo, creo que es fácil para mí estar sobria. Puedo entrar y salir de la sobriedad como si nada, el día que no quiera más no lo hago".
"Haber cumplido los 28 años para mi fue un gran despertar porque me di cuenta que muchos artistas no han llegado al final por sus caídas, me tengo que cuidar. Hemos perdido tantos íconos jóvenes y yo no quiero ser parte de ese montón. Por eso es un momento crucial para mí. No es una transición fácil estar lejos de la bebida, pero yo siento que he nacido con esa fuerza", remata una intervención en la que habla de ese Club de los 27 al que pertenecen artistas que fallecieron a esa edad como consecuencia de sus malos hábitos, como Amy Winehouse o Jimmy Hendrix.
Puede que ahora sí. Puede que le haya calado hondo ese mensaje que ella misma dio cuando tenía tan solo 12 años y era la dulce Hannah Montana de Disney: "Las drogas y el alcohol son para idiotas".