No tiene desperdicio. La biografía de Luis Miguel Dominguín , el torero más mediático del último franquismo, guarda episodios que aún nos sorprenden, pese a que prácticamente toda su vida ha transcurrido en titulares de prensa. Esta es la verdad: fue un hombre tan polémico como su hijo, Miguel Bosé , o más. Incluso protagonizó, aunque fuera tangencialmente, verdaderas tragedias sentimentales, dramas amorosos que terminaron como Romeo y Julieta: en suicidio. Hablamos de su relación con Miroslava Stern, una de las actrices más bellas del cine mexicano y, probablemente, la actriz más espectacularmente guapa de su época.
La actriz checa Miroslava Stern fue amante de Luis Miguel Dominguín. /
Los años 50 fueron suyos, al menos en México, el país en el que recaló a los 15 años. Miroslava Stern reinó como una diva en la época dorada del cine mexicano, pero sus primeros años sobre la faz de la tierra no fueron nada fáciles. Stern nació el 26 de febrero de 1926 en la ciudad de Praga. Sus padres biológicos fallecieron y fue adoptada por un doctor y psicoanalista judío, Oskar Štern, y su esposa Miroslava Bečka Stern, enseguida víctimas de persecución por los nazis en cuanto estalló la Segunda Guerra Mundial.
Vídeo. Luis Miguel Dominguín, la vida del torero más famoso de la época
Toda la familia fue recluida en un campo de concentración del que, milagrosamente, lograron salir con vida a las tres semanas. En 1941 ya iban rumbo a México, y nada más arribar Miroslava siguió camino hasta Nueva York, donde estudió inglés y español. En 1944 logró una beca para estudiar interpretación en California. En 1945 volvió a México por un motivo penoso: el fallecimiento de su madre.
Su biografía no oficial cuenta que, antes de cumplir 20 años, Miroslava Stern ya había intentado suicidarse dos veces: una por el fallecimiento de su primer novio y otra por el de su madre. Su equilibrio mental era frágil, una debilidad que la hizo especialmente vulnerable a los depredadores. Uno de ellos fue Jesús Jaime Gómez Obregón, alias 'El Bambi', con el que se casó poco después de morir su madre. El matrimonio solo duró unos meses: él la había utilizado para disimular que era homosexual. Por suerte, pronto comenzó su carrera en el cine y se sumergió en los rodajes. En 1947 rodó un taquillazo: '¡A volar joven!', con Mario Moreno Cantinflas. El éxito fue tal, que rodó tres películas más en Hollywood, una de ellas con Mel Ferrer. Ya era una estrella.
Su amistad con el director Robert Rossen, antiguo militante del partido comunista, hizo que la incluyeran en la 'lista negra de Hollywood' que elaboraba el infame Comité de Actividades Antiestadounidense, con lo que Miroslava tuvo que volver a México. Los rumores que se suscitaron con su muerte, esos que decían que en realidad era una espía rusa, se deben probablemente a esta circunstancia.
Toda esa rumorología hizo que le negaran la entrada en España, país que deseaba visitar tras haber acudido junto a la delegación mexicana al Festival de Venecia en 1954. Fue precisamente en la frontera donde conoció a Luis Miguel Dominguín, íntimo amigo de Francisco Franco, que la avaló para entrar. Iniciaron un romance express en el que, además de enamorarse, ella se legitimaba y él se hacía publicidad. En Madrid se les vio juntos con frecuencia, y cuando Miroslava Stern regresó a México contó que había conocido al "hombre más interesante en su vida".
Miroslava Stern solo tenía 29 años cuando se quito la vida, tomándose una sobredosis de barbitúricos. Su espectacular fallecimiento (la encontraron en su piso, tendida en la cama, con tres cartas en una mano (para su padre y su hermano) y la foto de Luis Miguel Dominguín en la otra) desató todo tipo de teorías en la prensa.
Dos hipótesis trataron de explicar la muerte de una actriz tan joven, tan bella y con tanto éxito. La primera sostiene que le rompió le corazón enterarse de que el torero se había casado con la actriz italiana Lucía Bosé en una ceremonia sorpresa en Las Vegas. La segundo afirma que quien le rompió el corazón no fue Dominguín, sino Cantinflas. El actor estaba felizmente casado con Valentina Ivanova y le había confirmado por carta que no pensaba dejarla.
Al final, fue su padre el que puso algo de lógica en esta muerte tan cruel, pero no inesperada. Oscar Stern explicó que los nervios siempre habían sido siempre el talón de Aquiles de su hija Miroslava, sobre todo después de la huida de la familia de campo de concentración y de que tuvieran que dejar a su abuela allí encerrada. La psicosis que padecía fue producto de lo que vivió en la invasión alemana a Checoslovaquia: cuando estuvo en Praga permaneció oculta durante más de 36 horas en tensión nerviosa continua bajo el bombardeo que desataron los alemanes.
Miroslava sufría depresiones tan intensas, que era necesario darle tratamientos especiales. "Estaba enferma de los nervios. Desde hacía días la veníamos notando muy deprimida, melancólica nerviosa y por ello la estaba atendiendo un doctor", relató su padre, quien también dijo que no sabía que su hija estaba enamorada del torero Dominguín.
En la carta que le dejó a su hermano, Miroslava Stern menciona a Luis Miguel Dominguín, pero no con dolor. Escribe: "Mi Yvo, perdóname que te cause dolor, perdóname todo, pero ya no puedo seguir viviendo. Créeme que te quiero terriblemente pero sería yo solo un estorbo y una vergüenza para ustedes. Cuando te acuerdes de mí acuérdate sin remordimiento y sin dolor. Yo me sentiré mejor, pero no puedo seguir... Escribe y envía la campanita de plata a Luis Miguel Dominguín y que sea feliz. Te lo pido". En declaraciones a la prensa, Dominguín lamentó el fallecimiento de su amiga. "No puedo concebir que una mujer tan bella y que tenía una carrera tan espléndida haya tomado tan extrema decisión".