La baronesa Betsy von Furstenberg con su primer amor, el heredero del imperio hotelero Hilton Conrad Hilton, tomándose unas copas en el club Mocambo en 1951. / getty images

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La baronesa Betsy von Furstenberg fue supermodelo, bailarina en el American Ballet y estrella en Broadway, pero la llamaban la sedienta

Puede que Betsy von Furstenberg sea la única aristócrata europea que logró triunfar como supermodelo, actriz de Broadway y estrella de la televisión. Aficionada en su juventud al alcohol y las fiestas locas, la llamaban 'Betsy la sedienta'.

Su vida de película terminó en 2015, con 83 años exprimidos hasta la última gota. Elizabeth Caroline Maria Agatha Felicitas Therese Freiin von Furstenberg-Hedringen nació en agosto de 1931, en un castillo cerca de Colonia (Alemania). Su padre, el conde Franz-Egon, tuvo la buena idea de enamorarse durante unas vacaciones en Memphis de una heredera americana, Elizabeth Foster-Johnson, que convirtió a su única hija en su proyecto de vida.

Atención: la pequeña Betsy daba clases con el prestigioso coreógrafo Anton Dolin a los 4 años y, a los 7, debutó con el American Ballet. La familia ya estaba cómodamente instalada Nueva York, mientras Europa se debatía entre democracia y fascismo en la II Guerra Mundial. Y la baronesa von Furstenberg estaba decidida a comerse el neuvo mundo.

Bajo la férrea batuta de su madre, la carrera de Betsy se desplegó en los escenarios de todas las maneras posibles: aún iba a clase en la Hewitt School in Manhattan, tenía 14 años, cuando la pequeña aristócrata debutó como modelo con éxito total. Comenzó una gira mundial a pos de los fotógrafos más reputadas, hasta que aterrizó en su primera película: la italiana 'Women Without Names'. Este papel la llevó directamente a la portada de la revista 'Look Magazine', fotografiada por el mismísimo Stanley Kubrick. El artículo se titulaba 'La debutante que trabaja'. A los 20 años, Betsy von Furstenberg se subió por primera vez a las tablas de Broadway, prueba de fuego para cualquier actriz que se precie. Y también triunfó.

Gracias a la obra de Philip Barry 'Second Threshold', Betsy consiguió la portada de la revista 'Life', que la señaló como «la joven actriz más prometedora del año». Durante los siguientes 20 años, la baronesa Betsy von Furstenberg no dejaría de actuar en Broadway, con éxitos como la obra de Neil Simon 'The Gingerbread Lady'. «A menudo interpretaba a mujeres rebeldes, coquetas y traviesas, y era conocida en la prensa de sociedad por un comportamiento poco apropiado también fuera del escenario«, contó a The New York Times su propio hijo. La prensa de los años 50 la llamaba »la princesa de Park Avenue«, pero en la profesión y la alta sociedad neoyorquina, Betsy era conocida como 'la baronesa sedienta'. Su afición al alcohol, las fiestas y los excesos era antológica.

«Con 14 años ya bebía alcohol en los restaurantes elegantes de Nueva York. Como todavía era menor de edad, los camareros le servían los cócteles en una taza de café pequeña«, revela Jerry Oppenheimer en su biografía de la familia Hilton, 'House of Hilton'. De hecho, fue su romance a los 18 con Conrad Hilton Jr. (quien a los 25 ya se había casado y divorciado de Elizabeth Taylor y había sido amante de Zsa Zsa Gabor) quien propulsó la afición de Betsy von Furstenberg al alcohol y las pastillas. Se conocieron en la piscina del Bel-Air Hotel, cuando él aún trataba de recuperar se de su divorcio. « Solo fue química, una de esas locuras que suceden de vez en cuando«, explicaría, con los años, la baronesa.

«Me fascinaba su falta de educación. Conrad se levantaba a las mil. Desayunaba alcohol y se ponía a jugar a las cartas. Jamás trabajaba… A mis 18 años, ese estilo de vida me parecía increíble«, confesó Betsy, quien llegó a tomarse a risa que el heredero Hilton le pusiera un ojo morado. «Nos reíamos de todo», admitió. Por suerte, solo estuvieron juntos tres años. En 1954, la Betsy von Furstenberg se casó con un ingeniero de minas. Guy Vincent Chastenet de la Maisonneuve, con el que tuvo un niño y una niña. Se divorciaron en 1964, sobre todo porque la Baronesa no encajaba demasiado bien en el papel de ama de casa. «Una de las cosas más frustrantes de ser actriz y madre es que tus hijos te acusen de actuar cuando estás siendo perfectamente sincera», escribió en un ensayo que se publicó en The New York Times en 1972.

Por suerte, no solo sus dos hijos sino su vocación interpretativa la alejaron poco a poco de la salvaje vida de fiestera que llevó en su primera juventud. Tras divorciarse de su primer marido continuó trabajando en el teatro y el cine y desarrollando una gran actividad como filántropa, muchas veces recaudando dinero para organizaciones que ayudan a los actores sin recursos. Volvió a casarse en 1984 con una gente inmobiliario, John J. Reynolds, con el que vivió hasta la muerte de este, 1994. En 1988, Betsy von Furstenberg publicó una novela, 'Mirror, mirror', sobre una heredera que se alía con una hija de una de sus sirvientes para buscar la felicidad en el mundo del showbusiness europeo, y escribió varias columnas en distintos periódicos.

Los últimos años de su vida vivió vinculada a las artes pero desde la placidez de su fortuna heredada. Dicen que jamás se bajó del escenario. Ella misma lo confesó en 1972: «Aunque trabaje cada noche ante una audiencia real, es en casa donde sirvo mi mejor actuación. Allí logro cada día el aplauso por progresar como cocinera, madre…»«