No es nada habitual que los hijos de los famosos desvelen sus tragedias íntimas, esas que demuestran que los ricos también lloran, aunque estén rodeados de lujo. Una entrevista de Toñi Moreno en el prime time de la televisión ha destapado la triste infancia de Alejandra, Eugenia y Claudia, las tres hijas de Bertín Osborne con Sandra Domecq. El matrimonio que unió a los dos más guapos de dos de las familias más importantes de Andalucía no terminó bien. Se casaron en 1977 tras tres años de noviazgo pero aún jovencísimos: ella tenía 22 y él, 23.

En el 78 llegó Alejandra y en el 81, después de varios intentos d trabajar en oficina, sacó su primer disco, Amor mediterráneo. Fue un boom. Y Bertín comenzó a pasar cada vez más tiempo fuera de casa. Empezaron a rumoreársele amantes. En el 86 nace Eugenia, pero sus amistades entrañables continúan y terminan en divorcio en 1988, con Sandra ya embarazada de Claudia. Al año siguiente, Bertín Osborne se instala en Miami y se aleja definitivamente de la familia. Por eso Claudia Osborne dice que ha sido «un mal padre y un mal marido». Sobre todo, por la ausencia.

«Si nuestro matrimonio se viniese abajo no sería por su carrera, sería por otra cosa», decía Sandra Domecq al principio de su matrimonio. Por tanto, el problema no fue tanto la lejanía, sino más bien el incesante rumor de infidelidades que tuvo que soportar el matrimonio. «Mi madre lo quería mucho, pero tenía el mismo conflicto que nosotras. Lo adoraba, pero era el peor marido y el peor madre», ha desvelado Claudia Osborne. Dicen que la separación, aunque discreta, puso fin a una relación que ya era muy tormentosa. El divorcio se resolvió con mucho dolor y la relación entre ellos se hizo aparentemente inexistente, aunque según otros fue esencialmente mala. Esa hipotética enemistad podría explicar el alejamiento de Bertín de sus hijas, aunque no lo justifique. De hecho, Claudia Osborne explicó en televisión que no se sintió acompañada por su padre durante su infancia. «El estaba ausente. De hecho, empecé a tener relación con mi padre a los 7 años. Mi infancia, los puntos más sensibles de la historia de mi vida suceden cuando él no estaba».

Aunque estas declaraciones de Claudia Osborne han provocado una gran sorpresa viral, lo cierto es que no cogen de nuevas ni a Bertín Osborne ni a quien se haya leído el libro de su hija pequeña, Lo mejor de ti: El arte de conocerse y cuidarse a uno mismo para ser feliz, en el que detalla cómo superó los trastornos de la alimentación y la depresión que le ocasionó sentirse abandonada desde tan pequeña. «La realidad que viví cuando era pequeña es que mi madre estaba muy triste», narra en su libro. «Pese a que no me daba lo que necesitaba, era incapaz de enfadarme con ella. Probablemente, ese grado de empatía se desarrolló en el embarazo. Mis padres se separaron cuando mi madre estaba embarazada de mí, así que, de alguna forma, absorbí toda esa tristeza interna».

La relación con su madre fue tan triste como la que tuvo con su padre: Sandra Domecq falleció de cáncer con solo 50 años, cuando Claudia tenía 15. Su muerte la dejó desolada. «A los 15 años comía compulsivamente y me provocaba el vómito», confesó en su libro. «Por todas partes buscaba la figura de una madre y un padre para que saciara las necesidades de mi niña interior. Toda mi sensación de valía dependía de lo que pasaba en el exterior. Por ejemplo, cuando mi padre me llamaba para ver qué tal estaba. Ya que no solía hacerlo muy a menudo, eso quería decir que yo valía la pena. Pero cuando no ocurría, me machacaba por no ser suficiente».

La pequeña de los Osborne Domecq fue la que peor vivió su infancia y adolescencia, pero no la única que se resintió del comportamiento de su padre. En la misma entrevista familiar conducida por Toñi Moreno, Alejandra, la hermana mayor, confesó que durante mucho tiempo estuvo enfadada con su padre y que no fue el divorcio lo que más le afectó. «A lo mejor es muy horrible lo que voy a decir, pero no, no me afectó tanto porque nunca estaba. Entonces no noté mucha diferencia. Siempre estaba viajando o en Miami. Nuestra infancia la vivimos con nuestra madre. He estado mucho tiempo enfadada con él, eso sí».

Por suerte, todas las tiranteces parecen superadas, aunque la memoria del dolor siga presente. Claudia Osborne, prácticamente recién casada con José Entrecanales, contó cómo el lanzamiento de su libro el año pasado hizo que su padre se enterara de aspectos de su vida que desconocía: no solo los trastornos de la alimentación, sino las depresiones que superó en la veintena. «He sido un padre ausente, cosa que me pesa una barbaridad», confesó Bertín Osborne en la misma entrevista televisiva. «No sabes lo mal que lo ha pasado viendo su libro. A mí no me dijeron nada».