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La cultura, ¿en serio?

Llama la atención que, en los debates políticos previos a las elecciones, se olvidaran de tocar el tema político.

Anne Igartiburu MAdrid

Estoy aun con la resaca del debate a cuatro de hace unos días. "Y lo que te rondaré, morena", o rubia, en este caso. Porque esto no ha hecho más que empezar y, cuando leas esto, habremos comprobado lo locuaces o no que han sido los candidatos a liderar nuestro país. Sinceramente, puse la tele con ganas de ser sorprendida, de enterarme de los programas de cada uno de los oradores y tomar conciencia de este cambio con la ruptura del bipartidismo.

Pero me duró poco la ilusión. Me quedé perpleja con la poca naturalidad que mostraron nuestros políticos y con el afán de atacar que ejercieron. Poco originales en sus argumentos, forzados comentarios metidos con calzador, ausencia de humor del sano y cercanía, poca. ¿No os parece? Y puestos a opinar, eso es a lo que quiero ir... ¿Dónde está la mención a la Cultura en sus discursos? Cultura con mayúsculas y, como dice algún lema, "En serio". Sí, menos mal, que del paro, ayuda a los mas necesitados y a asuntos sociales, aunque sea de soslayo y siempre insuficiente desde mi punto de vista, algo –algo– se ha tratado. Pero, ¡señores y señora!, personas tan preparadas en ese debate tan bien preparado, a su vez. Seres formados e intelectualmente comprometidos. ¿Dónde han dejado el compromiso más esencial de las civilizaciones? ¿Nadie va a hablar de algo tan importante para la identidad de la ciudadanía como es la cultura en este país? Una cultura que agoniza y que parece quedarse para estratos minoritarios en vez de ser abierta, cercana, sana y porosa. Ya que hablamos de economía...

No es por comparar con otros sectores, porque queridos, ahí, y esto es estrictamente personal, la cultura no tiene parangón, pero... ¡Si es que encima la Cultura es rentable! Dejo, como he dicho, lo económico para hablar de la ‘rentabilidad en identidad’, humanidad y emociones. Las que me embargan, encontradas todo hay que decirlo, al hablar de este asunto. ¿Dejarán nuestros futuros mandatarios que nuestros artistas, y con ello el arte, la cultura y la vida al fin, de nuestra sociedad se arruine con un IVA insoportable? Solo por decir algo. ¿Dejar que nuestras generaciones venideras crezcan ‘cojas’ en algo esencial a través de los tiempos para concebir la vida y darle sentido? ¿Que las escuelas no tengan un soporte en educación artística, literaria, musical o que instituciones como orquestas o museos cierren por falta de política de mecenazgo tanto particular como gubernamental? Insisto, perpleja y algo indignada me he quedado, porque esta vez, sí que va en serio.

20 de enero-18 de febrero

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