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El viaje aún debe ser confirmado por el nuevo Gobierno, que es el que marca la política exterior, pero salvo cambios drásticos de criterio, los Reyes viajarán el próximo 16 de febrero a Arabia Saudí, donde permanecerán tres días. Tanto don Felipe como doña Letizia conocen desde hace años a su anfitrión, el rey Salman, viejo amigo de don Juan Carlos y de doña Sofía que, además, asistió en 2004 a la boda de los entonces Príncipes de Asturias.
Sin embargo, éste será el desplazamiento más delicado de los 60 viajes oficiales al exterior que ha realizado doña Letizia desde su boda, debido a las restricciones que afectan a la mujer en este país musulmán regido por la monarquía islámica wahabi.
La Reina, como invitada de honor, se verá eximida de muchas de esas restricciones, pero será necesaria una negociación previa entre los responsables de protocolo de los dos países para que la visita transcurra de la forma más parecida a lo que es habitual en los viajes oficiales. Y es que en Arabia Saudí la separación entre hombres y mujeres impera en todas las facetas de la vida y su tendencia es establecer dos programas paralelos: uno para el Rey y otro para la Reina. Y a doña Letizia nunca le han gustado los programas paralelos de primeras damas, ni siquiera en las Cumbres Iberoamericanas.
Uno de los asuntos más controvertidos será el vestuario que luzca doña Letizia durante su estancia en el país árabe. Las reinas, princesas y primeras damas que han viajado a Riad no han tenido que ponerse la abaya, la túnica negra que cubre desde el cuello a los pies y que es prenda obligatoria para todas las mujeres en Arabia Saudí, extranjeras incluidas.
También la ministra de Fomento, Ana Pastor, ha utilizado esta prenda cada vez que se ha desplazado para supervisar las obras del AVE del desierto, que unirá las ciudades de La Meca y Medina y que están construyendo empresas españolas. En cambio, a las reinas, princesas y primeras damas solo se les pide que luzcan un vestuario recatado, de manga larga y pantalón ancho o falda muy por debajo de la rodilla. Un estilo de ropa, en definitiva, alejado del que predomina en el armario de la Reina.
Frente a lo que algunos creen, en Arabia Saudí no es obligatorio cubrirse el pelo con un pañuelo, salvo para entrar en una mezquita. Aún así, Michelle Obama protagonizó una polémica el pasado enero, cuando viajó sin velo a Arabia Saudí. Algunos medios occidentales vieron en este gesto una falta de respeto y otros aplaudieron su rebeldía, cuando no se trataba ni de una cosa ni de la otra.
Sin embargo, con la ropa también se puede transmitir un mensaje de libertad, como hizo doña Sofía en su visita de 2006 a Arabia Saudí. La Reina lució trajes de llamativos colores, como el fucsia o el verde pistacho, y solo con ese gesto acaparó todas las portadas de la prensa local.