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Entrar en casa de los Goyanes Lapique es sinónimo de alegría y el motivo o, mejor dicho, los motivos, son nada menos que cuatro soles que iluminan los días de una pareja de abuelos jóvenes, Carlos Goyanes y Cari Lapique, que se desviven con sus nietos, Pedrito y ‘mini Cari’, hijos de Caritina Goyanes y Carlos y Santi, los niños de Carla. Finalizadas las fiestas navideñas, Cari, “la abuelona”, como la llaman cariñosamente sus nietos, nos recibe en su casa de Madrid, rodeada de todos ellos, para contarnos cómo se presenta 2016.
Corazón: Cari, en primer lugar, Feliz Año. ¿Cómo ha pasado estas fiestas? Cari Lapique: Como siempre, muy tranquila y en familia. Esta vez, por supuesto, más triste porque ha faltado mi madre que falleció recientemente. Sin embargo, gracias a los niños, lo hemos pasado fenomenal. Es costumbre celebrarlo con mis hermanos y sus hijos y este año nos hemos reunido 21.
Corazón: ¿Estaba muy unida a su madre? Cari Lapique: Desde luego. Ella lo es todo para mí, pero la vida sigue y lo importante ahora es que los niños sean felices. Me encanta mi faceta de abuela.
Corazón: ¿Hay algún consejo de su madre que ahora transmita a sus hijas? Cari Lapique: Creo que más que consejos, lo que yo transmito a mis hijas son hechos y una forma de vivir. Mis padres me inculcaron buenos valores y eso es lo que trato de hacer con mi familia.
Corazón: A tenor de los hechos, vemos que es una madre que no se cansa de ayudar a sus hijas y una abuela que se desvive por sus nietos. Cari Lapique: ¿Sabes lo que ocurre? Que para mí no es una ayuda hacia ellas sino un premio para mí. El hecho de poder ver cómo crecen mis nietos es el mejor regalo que puedo recibir cada día.
Corazón: Pero para eso hay que tener una vitalidad como la suya. Cari Lapique: Lo cierto es que estar rodeada de niños te revive. Creo que cuando tienes tus propios hijos y eres joven estás demasiado ocupada con todo… el trabajo, la casa, los amigos y te queda poco tiempo para disfrutar de las pequeñas cosas como mi marido y yo hacemos ahora. Ahora mi vida es más sosegada, me divierte estar con ellos a cualquier hora y tengo la suerte de que a Carlos también le encanta.
Corazón: ¿Carlos es un buen abuelo? Cari Lapique: Mi marido es el mejor y el peor (risas) porque les malcría y les da todos los caprichos, pero eso me encanta
Corazón: ¿Cómo describiría a su nieto? Cari Lapique: Pedrito, el hijo mayor de Cari, es sensible e inteligente y le encantan las manualidades y esquiar. Mini Cari, su hermanita, es tremendamente cariñosa, súperfemenina y muy mandona. El mayor de Carla, Carlos, es simpatiquísimo y deportista. De hecho, quiere que todo el mundo le llame Cristiano por su admiración a Ronaldo. Santi, el benjamín de la casa es un crack. Siempre le verás sonreír y detrás de un balón como su hermano y, claro, es adorado por los otros tres.
Corazón: ¿Qué suelen hacer con ellos? Cari Lapique: De todo. No paramos ni un solo día. Duermen mucho con nosotros y el día que no estamos en el parque, vamos al cine, al zoo o al circo. Hacemos todo tipo de planes con ellos y cuando podemos, nos lanzamos a viajar todos juntos.
Corazón: Además tiene suerte, porque es una abuela joven. Cari Lapique: Sí, tengo ese privilegio. Aunque tengo que decirte que he notado mucha diferencia entre Pedrito y Santi, el pequeño de la casa. Ahora me canso más.
Corazón: ¿Qué le ha pedido al año nuevo? Cari Lapique: Aunque suene a tópico, la salud es lo más importante y que vivamos lo mejor que podamos. Lo primordial es estar bien.
Corazón: ¿Qué le han traído los Reyes? Cari Lapique: Me han hecho regalos muy bonitos. Un bolso, una maleta, una chaqueta y lo que más ilusión me ha hecho recibir es un Ipad.
Corazón: ¿Eres una mujer tecnológica? Cari Lapique: Sí y me encanta. Soy muy activa en Redes Sociales y con este nuevo aparato estoy fascinada. La verdad es que me costó cogerle el tranquillo pero ahora estoy absolutamente viciada. Creo que hay que adaptarse para no quedarse atrás porque ahora todo funciona por mail, Facebook, Instagram... y estoy constantemente enredando.
Corazón: El hecho de que su hija Carla se haya trasladado con su familia a Madrid, será un respiro. Cari Lapique: Estoy feliz de que estén aquí. Me daba mucha pena no estar con ellos y no verlos crecer. Ahora puedo disfrutar plenamente. Hemos viajado mucho a Miami y eso, quieras que no, es una complicación porque está lejos, por el trabajo y la diferencia horaria.
Corazón: Caritina sigue con su 'catering'. ¿De dónde le viene esta la habilidad? Cari Lapique: De mí no, desde luego. El que cocina bien en esta casa es mi marido y también mi suegra. Caritina empezó a interesarse por este campo mientras estudiaba la carrera de Derecho (porque es abogado y tiene tres Máster) ayudando a Samantha de España. Cuando terminó de estudiar, decidió abrirse camino en este negocio y está contenta porque le divierte y es muy organizada. Hizo un curso en París y, la verdad, le va muy bien
Corazón: ¿Y Carla? Cari Lapique: Carla está trabajando en la inmobiliaria con nosotros y su vuelta ha sido una inyección de juventud a la empresa ya que tiene otra forma de ver las cosas, otra fuerza y capacidad. Es una maravilla que nos esté ayudando. En Miami trabajaba con un Máster de Moda
Corazón: Y usted, ¿cómo organiza su tiempo? Porque no para de trabajar. Cari Lapique: Me organizo divinamente. En casa no paro ni un minuto. Creo que no podría trabajar desde aquí porque nunca encontraría el momento para arreglarme. Primero me ocupo un poquito de mi, en Maribel Yébenes, dónde acudo dos o tres veces por semana, y después hago un poco de gimnasia. Luego salgo a la calle, siempre agarrada al teléfono. En el fondo mi trabajo gira en torno al sector lujo y al ser al mismo tiempo cliente, es fácil llegar a todo.
Corazón: ¿Cree que ha remitido la crisis en el sector en el que usted trabaja? Cari Lapique: Creo que ya se nota una mejoría. De todas formas, nos hemos tenido que adaptar a las nuevas circunstancias. Por ejemplo, la joyería Suárez, para acercarse al gran público ha abierto más de 15 puntos de venta en centros de El Corte Inglés de toda España y creo que esto es muy positivo porque llegan a mucha más gente. Aristocrazy, por otra parte, fue un concepto de joyería que nació, precisamente, de la crisis y ahora, fíjate, es un gran éxito
Corazón: Cuando desea alejarse del mundanal ruido, ¿dónde se escapa? Cari Lapique: Acabamos de regresar de Saint Barths pero hemos ido todos juntos. Para mí el mayor romanticismo es estar con mis hijas, mis yernos y mis nietos. Esa es la mayor satisfacción que podemos tener. Celebramos nuestro 40 aniversario de boda y el 70 cumpleaños de Carlos y lo hemos pasado de maravilla porque dónde voy a encontrar yo más amor que con mi familia al completo
Corazón: ¿Quiere tener más nietos? Cari Lapique: Yo por mí estoy bien así, pero esa decisión es de mis hijas y mis yernos, que son excelentes personas ¡Son dos santos!
Corazón: Y sus hijas, ¿qué dicen al respecto? Cari Lapique: Yo creo que por ahora no tienen pensado aumentar la familia.
Corazón: ¿Cari y Carla siempre se han llevado tan bien como ahora? Cari Lapique: ¡De pequeñas no sabes lo que era! Se llevaban fatal porque tienen caracteres muy diferentes, sin embargo, ahora con los niños están más unidas que nunca.
Corazón: ¿Cómo se define Cari Lapique? Cari Lapique: Soy una mujer muy emprendedora y no me da pereza nada. Me gusta hacer cosas distintas y moverme constantemente.
Corazón: ¿Le asusta envejecer? Cari Lapique: El tiempo pasa pero no me importa. De momento no me he parado a pensar en ello porque gracias a Dios tengo buena salud y estoy contenta junto a mi marido, mis hijas y nietos… Me pellizco cada mañana porque tengo mucha suerte. Soy muy optimista y considero que hay que envejecer con dignidad.
Corazón: ¿No ha sentido la crisis de los 40 o los 50? Cari Lapique: Sinceramente, no. No sé si es porque formé una familia muy joven o porque siempre vi a mi madre activa y feliz hasta el último momento, pero no he sentido crisis alguna al ir cumpliendo años.
Corazón: ¿Está a favor de mejorar su físico mediante la realización de retoques estéticos? Cari Lapique: Por supuesto, pero es fundamental ponerse en manos de buenos profesionales que sepan bien lo que están haciendo en cada momento.
Corazón: ¿Hace algún tipo de dieta? Cari Lapique: Cuido mucho mi alimentación siempre e intento comer lo más sano posible, aunque soy una gran fan del roscón de Reyes y esta Navidad, como siempre suele suceder en estas fechas, me he pasado.
Corazón: En moda, sabemos que le encanta Jorge Vázquez. Cari Lapique: Es mi diseñador de cabecera. Todo lo que hace es fantástico. Además, compro mucho en otras tiendas como en Zara y, de vez en cuando, en Etro.
Corazón: Y además, cuenta con una gran consejera, sin duda, la mejor, su gran amiga Naty Abascal. Cari Lapique: La verdad es que Naty es mi mejor aliada en este sentido. Si tengo alguna duda, recurro a ella y me aconseja. Basta con mirarla para inspirarse. Creo que mezcla como nadie las prendas y los colores y su estilo está lleno de vitalidad. Estar con gente con buen gusto, al final, se pega.
Corazón: Ya no la vemos en tantos eventos sociales como antes… Cari Lapique: Creo que hay un momento para todo. Ahora disfruto más de mis amigos en un almuerzo, por ejemplo, que en una cena. He estado en fiestas maravillosas donde lo he pasado muy bien, pero en este ahora prefiero relajarme en casa con los míos.
Corazón: ¿Qué le hubiese gustado ser de no ser quien es? Cari Lapique: Pues mira, solo me arrepiento de no haber estudiado una carrera universitaria y creo que hubiera sido Económicas porque es donde noto ciertas lagunas (risas). Pero ya de joven preferí trabajar a estudiar. Me apasionaba vender. Mi padre me dijo que si quería tener mi propio negocio de moda, primero debía aprender.
Corazón: ¿Cómo empezó? Cari Lapique: En la boutique de El Corte Inglés del Paseo de la Castellana, como dependienta. Después, monté Cèline en Madrid, una tienda que mantuve durante 15 años. Fue una etapa maravillosa de la que guardo gratos recuerdos.