La única hermana de Gloria Ortega

Así es. Y esa única hermana es Marta González. Juntas las ven en la imagen hace unos días, en la fiesta postdesfile que dio Rocío Peralta en Sevilla, en el marco de la Pasarela We Love Flamenco, y juntas las verán a menudo porque son uña y carne. De hecho, Gloria se dirige a Marta como "hermana".

Hermana esto, hermana lo otro... Hermana todo el tiempo. Y esa relación viene de lejos. Hija del torero Dámaso González, Marta ha visto crecer a Gloria y, efectivamente, la quiere como a una hermana pequeña. Siempre ha ejercido, ejerce y ejercerá de protectora de Gloria porque la conoce bien, sabe lo que ha sufrido y es plenamente consciente de lo sola que se ha sentido en ciertos momentos.

Porque a Rocío Carrasco, por supuesto, ni la menciona. Ausencia absoluta de relación, confirmado por la propia Gloria. Pero no lo dice con pesar. La niña de los ojos de Ortega Cano se ha hecho mayor y sabe rodearse de quien de verdad la quiere. Al margen de su padre, la mujer de su padre y la hermana de su madre, Gloria Mohedano –con quienes asistió al desfile de Aurora Gaviño–, Marta y su novio, el empresario Curi Gallardo, son un ejemplo de esa buena compañía, aunque a Marta no le guste nada airear esos lazos tan estrechos por prudencia y discreción.

Y desde hace unos meses, se ha sumado a ese clan Kike, su novio. El tronista de 'Mujeres y Hombres y Viceversa', sí. Ese que muchos piensan que es un chulo de playa y un advenedizo, pero que en realidad resulta ser un chico encantador, educado, cariñoso y enamorado.

"La gente acostumbra a juzgar sin conocer a las personas. Kike es muy buen niño. Yo he podido comprobarlo estos meses y la cuida muchísimo, es estupendo", nos comentaba un íntimo de la pareja.

O sea, que Gloria no es tonta. Y que no va a permitir que nadie la mangonee, también en contra de lo que opina la mayoría. Porque aunque su candidez es real y es amorosa y muy divertida, no es confiada en exceso.

Recela con la inteligencia que da crecer siendo la hija de Rocío Jurado y Ortega Cano. Y con una madurez asombrosa y acelerada, adquirida a la fuerza tras perder a su madre, ver a su padre en la cárcel y sufrir las adicciones de su hermano. No le gusta hablar en público de esto, pero sí quiso confesarnos algo que ya imaginábamos: "Es verdad que mi hermano lo ha pasado mal, pero a día de hoy está en su sitio y como debe estar, recuperándose poco a poco, saliendo y luchando. Le amo".

Optimista y discreta. Y feliz con su tienda en Sevilla, a donde va todos los días a trabajar. Ni vende su vida ni tiene intención de hacerlo. Lo suyo es vivir feliz, sin más.