"¿Dónde está Irene Escolar?". Se preguntaron muchos en la alfombra roja. Ella era la gran favorita para alzarse con el Goya a la Actriz revelación. Su papel en 'Un otoño sin Berlín' le ha convertido en una promesa y en un nombre que se cuela en todos los premios y galas del cine español.

Pero sí, ella ganó y, tras llevarse la mano al pecho al oír su nombre, subía al escenario. Allí se abrazaba a Clara Lago -visiblemente emocionada por su compañera- y empezaba con un discurso absolutamente atropellado y en el que explicaba que acababa de llegar.

Irene, a la que le llueve el trabajo desde que hizo esta película, estaba recién llegada de Zaragoza, donde se encuentra representando 'El público'. Y donde, un taxista, llamado Mariano, la había llevado hasta la estación de tren para que llegara a tiempo a recoger este Premio Goya.

Sí, Escolar se acordó de compañeros, familiares y amigos, pero no dudó en darle su parcela de protagonismo a Mariano, un taxista que, como muchos otros, permiten que lleguemos a tiempo a las citas más importantes de nuestra vida. En su caso, ser una de las estrellas de la noche en el Palacio de Congresos de Madrid.