Premios Goya 2016: los 'momentazos' de la gala

Ya es un clásico: numerito musical para que se suba el telón de los Premios Goya. Un popurri de canciones y bailes para que los actores y actrices españoles demuestren que están perfectamente capacitados para formar parte del reparto de un musical. Tras ellos, espectacular Bibiana Fernández al lado de Manuel Banderas, pareja en el teatro para dar paso a un Dani Rovira recitando y quedándose casi sin aliento.

Dos veces subía Lucas Vidal al escenario y, en la segunda de las ocasiones, además de hacer un guiño a Isabel Coixet, se le escapaba un grito de espontaneidad: "¡Qué fuerte, que he ganado!".

Dani Rovira se ponía por segunda vez a conducir la ceremonia. Se le notó más suelto, más en su salsa. Dejándonos momentos muy cómicos -aquí los mejores- como el beso que le pedía a Penélope Cruz , la invitación a Tim Robins y Juliette Binoche a 'bajar' a Málaga a comer de menú o ese dueto con Berto Romero versionando el 'Mujer contra mujer' cantándose un 'Nariz contra nariz'.

Dio para muchas lágrimas la gala. Empezando por las de Pablo Alborán y siguiendo por las de Daniel Guzmán, que no se lo creía, y las de una aún menos crédula Natalia de Molina. A esta última solo le salía hacer una reverencia a las mujeres a las que acababa de batir, Penélope Cruz, Juliette Binoche e Inma Cuesta. Ahí es nada. Para los que digan que es la promesa de nuestro cine, contestarles que hoy, se convertido en realidad y en presente.

Muy emotivo el Goya de Honor, recogido por Mariano Ozores y entregado por sus sobrinas Emma y Adriana. El cineasta ha filmado 96 películas y se acordaba, durante sus palabras, de un buen puñado de estrellas de las que han hecho posible que su filmografía sea tan extensa. Entre ellas, Lina Morgan, a la que ovacionaba el respetable cuando su foto aparecía en el 'in memorian' típico de cada edición para recordar a los que se fueron el año pasado.

Dedicatorias a taxistas, a madres, a abuelas, a profesionales de la industria del cine y una consigna que parecía haber marcado Resines, presidente de esta su Academia, de no hacer alusión al IVA cultural, pero sí recordar a los políticos que ocupaban su butaca que esta cultura, debe de ser tratada como un tema de Estado para que salgamos ganando todos.

Por cierto que, Ricardo Darín, además de saber seducir a la cámara e irse hoy a dormir con un Goya sobre su almohada, hace cubos de Rubik en tiempo récord. Esperamos que al año que viene nos explique si aprovechó para sacar de debajo de la butaca un segundo cubo ya resuelto o si es un mago con sus manos...

Nos quedamos con la duda y les invitamos a vivir con nosotros la 31ª edición de los Premios Goya, dentro de un año.