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A Miguel Herrán el director Daniel Guzmán le ha cambiado la vida. Pero no ha sido 'a cambio de nada', como reza el título de la cinta que les ha colocado a ambos en lo más alto de la actualidad por sus sendas estatuillas en los Premios Goya. Ambos se han dado mucho y se convirtieron en 'la pareja' más deslumbrante de la noche del sábado.
A Daniel lo hemos visto mucho en televisión. Bueno, hasta hace diez años, cuando comenzó con este proyecto que le ha costado sacar adelante, pero que, una vez en la calle, le ha reportado enorme satisfacción personal y el reconocimiento de público y crítica. Y eso es lo que cuenta.
Pero, sin duda, el mayor premio de Guzmán -amén de conseguir que su abuela Antonia, a sus 93 años, estuviese entre las candidatas al 'cabezón'- es el de haberle cambiado a Miguel, el chico que se cruzó por la calle tras ver a decenas de chiquillos en un cásting y que ninguno le convenciara- la vida.
El discurso de Herrán fue, sin duda, el más emotivo de una ceremonia en la que tuvo grandes competidores en este apartado: desde el presidente Resines hasta Natalia de Molina y sus reverencias, pasando por la reivindicación de Darín a la organización.
Hasta el momento en el que Miguel fue descubierto por Guzmán, era, como se describe en su perfil de Twitter "un ser humano normal". Decíamos que el director se topó con él una noche, al salir de teatro y que no dudó que este muchacho de 19 años, que no había hecho nada de interpretación hasta el momento, tenía que ser el protagonista de su cinta.
En una entrevista con TVE, el chaval declaraba: "Me leí el guión en una noche y no pude parar, porque me enganchó y acabé emocionado al ser algo tan real, que le puede pasar a un chaval, con una verdad que te llega".
Malagueño de nacimiento, pocos son los que saben cuánto de cruda ha sido la vida de este chico hasta que se cruzara en su camino esta oportunidad para salir del pozo y soñas con que otro futuro es posible.
"Daniel, me has dado una vida". Las palabras que fueron capaces de emocionar, incluso, a la mismísima Sara Carbonero.