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Hace un par de días asistíamos estupefactos al corte, suavizado por una musiquilla, del discurso de Natalia de Molina en los Premios Goya -y que, como les hemos mostrado, concluía posteriormente a golpe de tuit-. Eso no va a pasar en la ceremonia de entrega de los Premios Oscar, porque se ha dado una normativa a los nominados.
La organización ha determinado que, cada uno de los que suban a la tarima a por su estatuilla, tendrá 45 segundos. Y, además, ha instado a todos los nominados a que entreguen una lista previa con todas las personas a las que quieren dedicar su premio.
Estos aparecerán en la pantalla central del Kodak Theatre para asegurarse de que nadie se olvide de nadie. "Como probablemente ya saben, y no quiero avergonzar a nadie con mis palabras, hay una larga lista de ganadores que han olvidado mencionar a sus directores, maridos, mujeres, hijos o mascotas, explicaba ayer el productor de la gala, David Hill, durante el almuerzo de nominados -aquí todos los looks-.
Y añadía: "Ahora tendrán un recuerdo permanente que podrá ser conservado, incluso enmarcado, y guardado en la familia para siempre. ¿No les parece genial eso?",
¿Servirá esta original medida para evitar que la ceremonia se alargue más de lo acosejable?