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Las quinielas la daban como favorita en la categoría de mejor actriz revelación, por su trabajo en Un otoño sin Berlín. Sin embargo, Irene Escolar no daba nada por hecho hasta que tuvo el Goya entre sus manos.
Responsable, perfeccionista, dulce y con ese halo de inseguridad propio de los actores, aseguraba que estar nominada ya era un premio. De casta le viene al galgo. Y es que por sus venas corre sangre de una de las sagas más importantes de la escena: los Gutiérrez Caba. Charlamos con la actriz sobre su Goya, que pone el broche de oro al gran momento que está viviendo, y sobre su nueva película 'La corona partida', que se estrenó este vierne, 19 de febrero, donde vuelve a dar vida a la Reina Juana.
Corazón: ¿Cómo se siente con el Goya ya en casa? Irene Escolar: Muy feliz y agradecida, aunque he necesitado un par de días para asimilarlo. Veía las fotos y el vídeo y me preguntaba: ¿Pero quién es esta persona que ha recogido un premio? En ese momento, no lo terminas de disfrutar. Además, en estos días he recibido un montón de mensajes de compañeros y amigos que se alegran mucho por el reconocimiento y he podido compartirlo con mi familia.
Corazón: ¿Pasó muchos nervios? Irene Escolar: Muchísimos. Esa tarde tenía función de El público en Zaragoza. Me hacía ilusión trabajar porque era como tocar realidad y luego, ir a la gala. Pero casi no llego a coger el tren porque estaba el carnaval. Cuando por fin me senté en la butaca, no sabía ni dónde estaba. El Goya ha sido un regalo inesperado. Todo lo que me está pasando es tan inesperado y emocionante.
Corazón: ¿Tenía preparado el discurso o improvisó? Irene Escolar: Había pensado lo que quería decir e improvisé ciertas cosas. Tuve que acortar porque había menos tiempo que otros años.
Corazón: ¿Dónde lo ha colocado? Irene Escolar: En una mesa negra del salón. Cuando llego a casa y lo veo, pienso: esto me ha pasado a mí.
Corazón: ¿Cómo lo celebró? Irene Escolar: Fui a la gala con mis padres y después vinieron mis amigas. Dos de ellas viven fuera de España y viajaron para estar conmigo, por eso me hacía mucha ilusión compartirlo con ellas.
Corazón: Parece que los astros se aliaron para que pudiera hacer 'Un otoño sin Berlín' y 'La corona partida'. Irene Escolar: Cuando terminamos Isabel, había una propuesta de hacer Juana. Había estado feliz haciendo el personaje, con ese equipazo, en televisión, donde me estrenaba y me había sorprendido la forma de trabajar. Por eso cuando decidieron hacer Carlos me dio pena. Ahí pensé que moría mi aportación de Juana. Pero la vida es sabia, porque si hubiera hecho Juana, no hubiera podido realizar Un otoño sin Berlín, que me está trayendo cosas preciosas. Creo que a veces hay alguien que mueve los hilos. Y de repente me dijeron que se continuaba con esta historia en una película. Fue una sorpresa, sobre todo porque TVE escuchó a la gente, que pedía saber qué le había pasado a Juana. Eso es lo que más me emociona
Corazón: Aunque interpreta el mismo personaje que en televisión, ¿lo ha vivido diferente por ser cine? Irene Escolar: Hay más temores porque es una película que se va a ver en 200 salas. Luego, ha sido complicado porque hemos rodado en 24 días, que es muy poco, pero había grandes profesionales. No te puedes permitir no tener buenos actores, porque al ir a una sola toma, había que estar muy concentrados.
Corazón: ¿Qué va a descubrir el público de esta Juana diferente a la de 'Isabel'? Irene Escolar: No se ha contado mucho esta etapa, porque en la estupenda película de Vicente Aranda, no exlican por qué reina. Aquí narramos ese periodo, y por qué es anulada por su padre y su marido, y se instaura la dinastía de los Austrias. Fue Reina durante casi 40 años y mucha gente no lo sabe. Por qué se ha anulado a esta mujer me produce curiosidad. Nos ha llegado que era una loca de amor, que es lo más simplista que se puede decir.
Corazón: orprende especialmente la relación con su padre, el rey Fernando. Irene Escolar: Rodolfo Sancho es muy buen actor y empatizas con él, pero hay cosas fuertes, como decir delante de las Cortes que era una loca y no querer verla. Y preferir aliarse con su yerno Felipe, que había maltratado a su hija durante años. Hay una clara prioridad por el poder dejando al margen a Juana para luego encerrarla en Tordesillas.
Corazón: ¿Qué le ocurría realmente a Juana? Irene Escolar: Estaba muy sola. Sufrió mucho por sentirse abandonada por su familia… Se fue de España con 16 años y a pesar de que estaba educada para eso, era difícil. Irse a Flandes sin saber si iba a volver a ver a los suyos, con otras costumbres y un marido que la maltrataba psicológicamente. ¿Cómo no te va a crear eso un trastorno emocional? Nos pasaría a cualquiera. Además, peleaba por lo que creía justo y eso no era normal en esa época. Cuando una mujer quería tener voz, se la anulaba
Corazón: Qué papelón el suyo... Irene Escolar: ste año ha sido muy especial porque he podido hacer dos personajes protagónicos, que no tienen nada que ver y eso me gusta.
Corazón: ¿Qué le ha aportado este personaje como actriz? Irene Escolar: Entrar en la televisión con un personaje muy potente y descubrir a una mujer con la que he empatizado. Para mí es importante haber podido dignificar su imagen. Le escribí una carta diciéndole que no sabía cómo enfrentarme a interpretarla y, aunque no creo en estas cosas, tenía la sensación de que había alguien que me protegía. Me ha gustado contar su historia, porque es triste cuando luchas por ser feliz, por hacer las cosas bien y que nada sirva porque otros se encargan de anularte. Hay similitudes con lo que puede pasar hoy en día: por cualquier cosa que digas, tu imagen se puede deteriorar en un momento con toda esta locura de las redes sociales, tan volátiles y poco respetuosas muchas veces.
Corazón: Todo vuelve a su sitio... Irene Escolar: Sí, pero eso ha pasado con Juana. Hablas con cualquiera y se ha quedado con 'la Loca'. Las leyendas son bonitas, pero no es justo.
Corazón: Es muy celosa de su intimidad, ¿cómo lleva la fama? Irene Escolar: Lo que no me gusta es la sobreexposición. No trabajo por buscar el éxito, sino por desarrollarme. A todos nos gusta que vengan a ver nuestra función, pero tampoco es mi meta. Y estos últimos meses que he tenido esta exposición tan grande, se descontrola quién eres, tu imagen... Y eso no me gusta, porque quiero hacer las cosas bien. De pronto parece que las cosas no dependen tanto de ti, de tu trabajo. Soy actriz y mi vida es igual. No me reconoce casi nadie por la calle y el que lo hace es porque me ha visto en el teatro, en la tele…
Corazón: Eso igual cambia ahora con sus nuevos trabajos. Irene Escolar: Veremos... En cualquier caso, si fuera así no me importaría. La gente que se me acercaba por Juana era muy respetuosa y cariñosa.
Corazón: ¿Qué son para usted las tablas del teatro? Irene Escolar: Mi refugio, el lugar en el que me he podido enfrentar a mí misma, crecer como persona y profesional y en el que he conocido a los mejores compañeros. Eso ha sido muy importante porque cómo y con quién empiezas, marca lo que quieres ser
Corazón: ¿Lo ha aprendido de los maestros que tiene en casa? Irene Escolar: He nacido en un ambiente totalmente teatral y supongo que eso marca.
Corazón: Estudia Filosofía Inglesa, ¿lo hace por gusto o por completar su formación? Irene Escolar: Estudié en un colegio inglés y me formé como actriz en Londres. Me gusta esta lengua y su literatura. También lo hago como un complemento porque pasamos mucho tiempo sin trabajar y me ataca no hacer nada. Y cuando eres actor todo ayuda. Además, esta carrera si te va bien es larga, pero si no, es muy corta, y quiero estar preparada, porque me gustaría hacer algo relacionado con la cultura.
Corazón: Tiene estrenos pendientes con proyección internacional. ¿Está en su mente dar el salto fuera? Irene Escolar: En Altamira hago mi primer papel en inglés. Y en 'Gernika', uno pequeño de una chica vasca, pero no hablo en inglés. Trabajar fuera no es algo a lo que aspire porque es poco probable. Me gustaría hacer cosas buenas en mi país y si tengo la suerte de poder usar mi inglés para algo, me encantará. Me gustaría mucho hacer teatro en Europa, más que cine
Corazón: ¿Cómo desconecta? Irene Escolar: Siempre que puedo, trabajo el cuerpo: danza, yoga... Me encanta ir al cine, estoy empezando a tocar el piano y me gusta mucho estar con mis amigos. La mayoría no se dedica a esta profesión y es sano desconectar.
Corazón: ¿Se crean amistades auténticas en su profesión? Irene Escolar: He tenido mucha suerte con mis compañeros y tengo relación con la mayoría.
Corazón: ¿Siempre tuvo clara su vocación de actriz? Irene Escolar: Sí, es que no recuerdo cuando lo supe. Empecé en el teatro con 9 años y di la brasa para recibir clases.
Corazón: Por favor, cuéntenos cómo son esas reuniones con los Gutiérrez Caba... Irene Escolar: Muy divertidas. Somos una familia pequeña. Mis tíos son maravillosos y muy cultos. Cuentan anécdotas fabulosas, que interpretan muy bien. Pero se convierten en monotema: siempre hablamos de lo mismo (risas).
Corazón: ¿Qué recuerda de su abuela? Irene Escolar: Ir a verla al teatro entre cajas. No se me olvida el camerino de su última función, Siempre en otoño. Jugábamos a hacer Romeo y Julieta en las escaleras de mi casa. Quizá ese fue mi primer contacto con el teatro.
Corazón: ¿Ella ya veía que apuntaba maneras? Irene Escolar: Creo que sí. Dicen que así como mis tíos no tenían una vocación tan clara, Irene sí, y a mí me pasó igual.
Corazón: Su padre (José Luis Escolar) es productor. ¿Su mundo también le atrae? Irene Escolar: Hay que apostar por una cosa porque si haces de todo, acabas haciéndolo mal. Pero he sacado la vena de organizar, generar proyectos y, quién sabe, la vida es larga.
Corazón: ¿Ha trabajado con algún miembro de su familia? Irene Escolar: No. Me encantaría, pero por la ley de Murphy no va a haber manera de coincidir.
Corazón: ¿Algún consejo que le hayan dado ellos? Irene Escolar: Querer mucho a esta profesión, saber relativizar y tener paciencia.
Corazón: Porque ha conocido el éxito pero también el fracaso de los suyos… Irene Escolar: Mi familia ha tenido compañías propias, se ha arruinado y levantado desde cero. Giras durísimas... Esta profesión es muy difícil.
Corazón: ¿Qué es lo que más miedo le da de esta profesión? Irene Escolar: Perder la memoria. Y lo más obvio, que un día no intereses y no quieran contar contigo. Y perder la ilusión.
Corazón: ¿Y que se le vaya de las manos la fama? Irene Escolar: Intentaré controlar para que eso no ocurra y para eso es importante no olvidar de dónde vienes. No me gusta hablar de fama. Soy consciente de mi reconocimiento en los Goya y estoy de gira con El público, pero no tengo ningún proyecto más. Solo estrenar las películas pendientes y para el año que viene, una función de la que compré los derechos: 'Black Bird'.