“Me sorprende la belleza interior de Rubén Cortada”

Corazón: 'El Príncipe' supone su primera intervención en televisión. ¿Cómo es para una ‘novata’ trabajar con actores de la talla de José Coronado? María Guinea: Trabajar con Coronado, aunque por tramas haya coincidido poco con él, es un aprendizaje constante. Además, es un compañero muy generoso.

Corazón: Leila, su personaje en la serie, es tradicional, discreta y familiar. ¿Se parece en algo a usted? María Guinea: Somos muy diferentes, aunque compartimos algunas cosas como el aspecto familiar, que es lo más importante para mí. Los míos son mis pies en la tierra. Y también quizá la discreción, en según qué facetas de mi vida. Por otra parte, Leila es muy tradicional y eso, por mucho que lo ha intentado mi padre, ¡al final me cuesta bastante más! (risas).

Corazón: Muchas mujeres serían incapaces de concentrarse en el diálogo de un guion con solo mirar a los ojos a Rubén Cortada. ¿Cómo lo hace? María Guinea: La suerte que he tenido es que conozco a Rubén Cortada desde pequeña, con lo cual no me ha pillado por sorpresa su atractivo espectacular. Esa fue claramente una gran ventaja, porque si no el pobre habría tenido que rodar con una gelatina sonrojada por compañera. Lo cierto es que no me deja de sorprender su belleza, pero no la externa, sino la interna. Es un estupendo compañero.

Corazón: Además de actriz, es 'Dj' y pintora. ¿Con cuál de sus talentos artísticos disfruta más? María Guinea: ¡Disfruto con todos! Cada uno tiene su momento y su época, ya que en temporadas de mucho trabajo no puedo dedicarme demasiado a ellos. Pero tanto pintar como la música son dos pilares en mi vida que me hacen conectar conmigo misma y estar bien.

Corazón: 'El Príncipe' ha cosechado un gran éxito. ¿Cómo lleva la fama? María Guinea: Si por fama entendemos sentir el cariño de la gente, lo llevo muy bien. Siempre es de agradecer el reconocimiento en tu trabajo.

Corazón: Cuando finalice la serie, ¿volveremos a verla en televisión? María Guinea: Tengo algún proyecto del que aun no puedo hablar para no gafarlo.