María José Cantudo posa a las puertas del restaurante Casa Lucio.
Reunión de la Peña Cuarto Poder. Almuerzo en Casa Lucio, como siempre. Y de estrella invitada, María José Cantudo. Algarabía, emoción y entusiasmo. Apenas quedan artistas como ella. Está guapa y habla por los codos. Nunca ha sido de morderse la lengua y la ocasión merecía la pena, según ella. Porque nos echa de menos y porque le da la gana, dice. Así que repasamos con ella sus grandes momentos, depresión incluida que casi le costó la vida. Atrás quedó, por suerte. Pletórica ‘la Cantu’. Se hace querer.
Corazón: ¿En qué anda metida? Porque lleva mucho tiempo desaparecida. María José Cantudo: Llevo casi cuatro años decorando, más que decorando, haciendo, una casa que compré en el centro de Madrid. Lo hago todo yo, cojo mi albañil, mi ebanista, mi tapicero… En fin, todo. Son 500 metros cuadrados...
Corazón: ¿No se siente sola en esa casa tan grande? María José Cantudo: Nunca me he sentido sola. Siempre he vivido sola. Y cuando me casé con mi marido, yo andaba haciendo películas y él por otro sitio. O sea que vivir en una casa con un señor, no he vivido nunca. En estos momentos me encuentro muy a gusto conmigo misma. No necesito a ningún hombre. Yo siempre deseé tener a un hombre como mi padre, que quería a mi madre con locura, la respetaba, le daba un valor.
Corazón: Entonces, ¿no se ha sentido respetada? María José Cantudo: No como se sentía mi madre con mi padre. Un hombro donde poder apoyar la cabeza y decir, oye, he hecho esto, y que me diga, qué bien, Cantudillo. Aunque la culpa no la tienen las personas que han estado conmigo. Quizá yo no he sabido elegir. Para empezar, es fundamental que no me pongan los cuernos.
Corazón: ¿Se los han puesto muchas veces? María José Cantudo: No se salvó ni el tato.
Corazón: ¿Y usted a ellos? María José Cantudo: Jamás. Además, hay una cosa que nunca he podido hacer, que es acostarme con un señor que no quisiera. Eso lo juro ante lo más sagrado. Y otra cosa: nunca he hecho el amor con un hombre casado.
Corazón: ¿Cuántos hombres ha habido en su vida? María José Cantudo: Siempre he dicho que tres. Y como ahora ya tengo edad como para reconocer la verdad, os voy a decir quiénes eran: mi marido, Pedro Ruiz, Enrique Cornejo y...
Corazón: Ya lleva tres... María José Cantudo: Es que luego hay uno que nunca he contado.
Corazón: ¿Y lo va a contar hoy? María José Cantudo: No, porque hay cosas que no deben compartirse.
Corazón: ¿Y cuál ha sido el hombre al que más ha querido y el que más la ha querido? María José Cantudo: Pues mira, quizá el que no puedo decir.
Corazón: ¿Y por qué se acabó esa historia? María José Cantudo: Porque había mucha gente alrededor que no quería que yo estuviera con esa persona. Malmetieron muchísimo.
Corazón: Probemos suerte: ¿era el marqués de Griñón? Dicen que fue su pareja... María José Cantudo: No, no, no, no, no. A mí ese señor no me ha tocado ni un pelo.
Corazón: ¿Y el Rey Juan Carlos le tiró los tejos? María José Cantudo: Jamás. Si alguien de la Casa Real me tiró los tejos fue la Reina. Porque me decía: "Oye, ¿y lo de 'Mariquilla terremoto'?", "oye, ¿qué tal en Sevilla?", "oye, vi lo de tu hijo, qué bien, ¿no?". Pero a mí el Rey solo me dijo una vez: "¿Te gusta el vino y la tortilla? Pues cométela, que eso está muy bien".
Corazón: Volviendo al tema de los cuernos, ¿alguno fue con una compañera? María José Cantudo: Mira, ese tema no lo entiendo. Porque cuando tienes una chavala al lado, que yo era una cría, una chica limpita en el sentido de que no conocía nada, tan mona, tan trabajadora, porque trabajaba como una negra, con un niñito, luchando, ¿por qué le pones los cuernos, hombre? Eso está muy feo. Pero respondiendo a la pregunta, sí, me enteré de una compañera. Un día llamé a casa y me la encontré en la habitación de mi marido. Me cogió ella el teléfono.
Corazón: ¿Y Pedro con quién se los ha puesto? María José Cantudo: Pues con una persona que lo contó en televisión, que mientras yo estaba en México llorando por no sé qué, ella estaba haciendo el amor con él. La verdad es que la aprecio. La culpa la tiene el asqueroso de él.
Corazón: En su día se dijo que Ramiro Garza le había comprado el piso de Serrano. María José Cantudo: Ese, perdona, lo tenía antes de conocerlo a él. Si miráis fechas comprobaréis que eso es mentira, porque me lo compré a plazos.
Corazón: Ahora toca Cornejo. ¿Con quién la engañó él? María José Cantudo: Con la que tiene ahora, aparte de muchas otras. Uy, si yo dijera… También con una que es bizca.
Corazón: Y tampoco nos va a decir el nombre, claro... María José Cantudo: No, una que es bizca.
Corazón: ¿Tiene muchas enemigas en la profesión? María José Cantudo: Pues aunque esté feo decirlo, la realidad es que quien no me quiere es por pura envidia, porque no han conseguido lo que he conseguido yo en el teatro y en el cine, y el respeto que yo he tenido en todos los ambientes. No me he tenido que liar con ningún señor para trabajar ni para vivir, no he tenido que hacer otras cosas que no hayan sido mi trabajo, ninguna madame me ha contratado por la noche ni me ha llevado a ninguna cena... Soy IN TA CHA BLE. Por eso me tienen manía.
Corazón: ¿Ha conseguido desterrar la palabra depresión? María José Cantudo: Sí, totalmente, ¿o es que no me ves? Estuve a punto de quitarme la vida, eso es verdad. Orquestaron una encerrona con el tema de Blanca Villa para hundirme y casi lo consiguen. Fueron varias personas y todas me guardaban rencor por distintos motivos. Estuve muy mal... Pero lo superé.
Corazón: Mucha gente se pregunta de qué vive usted ahora. María José Cantudo: Hice lo de Cuéntame y como resulta que doy mucha audiencia, pasta al ganso. Por un día me pagan lo que a otras personas por dos meses. Luego voy a televisión y como también me pagan mucho, gano la leche. ¿Y sabes qué? Que la mitad se lo doy a los niños que lo necesitan y la otra mitad lo necesita ‘la Cantu’. Hasta ahí de acuerdo. Luego, entiendo de antigüedades y de arte. Y a lo mejor compro algo por dos y lo vendo por 20. Y luego, si tengo que hacer una casa, en vez de gastarme el dinero en un decorador, me lo ahorro; si hay que cargar los sacos, lo hago yo y me lo ahorro; si tengo que lijar la puerta, me lo ahorro. Y ni fumo ni bebo ni salgo ni tengo chulos.
Corazón: ¿No tiene vicios? María José Cantudo: No. Lo que he hecho siempre ha sido invertir y en vez de irme por ahí con un barco velero y todos los meses de vacaciones, me quedo en mi casa lijando columnas y el suelo, porque eso vale mucho dinero.
Corazón: ¿Le apetece ser abuela? María José Cantudo: No. Mi hijo es muy joven. Y yo cometí la estupidez de tener un hijo con 17 años. Que disfrute la vida.
Corazón: ¿Le parece una estupidez ser madre con 17 años? María José Cantudo: A ver, no, pero yo no disfruté, pasé de la niñez a mis asuntos, como dice Raphael, porque en vez de tener una muñeca tenía que trabajar para mi hijo. Mira, yo he amado y amo a dos cosas: a él, lógicamente, y a una perrita, llamada Carlota, a la que he tenido la desgracia de perder. Y para mí ha sido como perder a una hija, llamadme idiota o lo que queráis. El amor que he conocido con esa perrita...
Corazón: ¿Con cuántos años hizo 'La trastienda'? María José Cantudo: Con 18. Los cumplí el 10 de julio de ese año.
Corazón: ¿Y es verdad lo de ‘el felpudo de la Cantudo'? María José Cantudo: Claro que es verdad. Y no me importa que lo contéis. Yo no sabía que aquello había que arreglárselo, así que salí con una selva virgen horrorosa. Pero te voy a decir una cosa: a día de hoy tampoco me lo he arreglado.
Corazón: ¿Piensa en jubilarse? María José Cantudo: ¿Con 58 años me voy a jubilar? Hasta los 65 no se puede uno jubilar. No, no, no, yo no me voy a jubilar nunca.