Otro ciclista tristemente fallecido por ser arrollado por un vehículo en la carretera. Me embarga una profunda pena y también el miedo y el respeto por la conducción.
Son las cosas del destino, pero siempre digo que no hay más que estar atento para entender las señales. Las que te llegan en la vida y que debes intentar descifrar sin demasiada complicación y también las señales de tráfico, que en este caso me viene muy bien para explicarlo.
Voy a ello. Hace unos meses me di cuenta de que, a raíz de un cambio de vehículo (más nuevo, más rápido y mejor) y de las prisas diarias, corría más de lo que debía con el coche. Sobre todo cuando iba sola conduciendo y el auto se ponía sin yo ser consciente –pero bajo el control de mi persona porque el coche corre lo que nosotros le ordenamos– a una velocidad que no es segura.
Lo supe, me di cuenta porque después de casi 30 años de carné de conducir y sin multas, recibí tres notificaciones en menos de 18 meses por infracciones leves, pero a tener en cuenta. Además de pagar y llevarme una alarma lógica, me dio qué pensar. Esto podía tener sus consecuencias para mí y para mi entorno. Me preocupó mucho.
Lo cierto es que no he tenido un accidente nunca y hago muchos kilómetros al año. Me considero cuidadosa y prudente hasta el extremo. Pero eso, lo decimos casi todos. La pérdida de puntos no era alarmante y era relativamente llevadero.
Esto me permitió reflexionar y recuperar todos los que me faltaban con un curso voluntario en el que tomé más conciencia de los peligros de correr, me alegro de ello. Ir a 120 en vez de a 100 kilómetros por hora es tan peligroso como obviar un semáforo en rojo o no respetar la distancia de seguridad entre un vehículo y otro. A esas señales me refiero. No es mi caso el de ir contra las señales, no es eso. ¡Ni soy rebelde en la carretera!
La cosa es que ni nos damos cuenta. Y por eso hablo de esas señales que indican un número o cifra, pero también al hecho de que vamos corriendo a todas partes. Seguro que cada uno de nosotros sabemos en qué podemos mejorar de forma responsable la manera en la que circulamos y seguro también que si lo hacemos, viviremos mejor y protegeremos la vida de los demás. Prudencia y sentido común. Y movernos con margen de tiempo para todo.
Ojalá sea yo (y que nos dure) y seamos todos conscientes de lo mucho que podemos ganar con esta reflexión que cada vez que la hacemos desde la serenidad, ganamos una vida y una ocasión para celebrarlo.
20 de enero-18 de febrero
Con el Aire como elemento, los Acuario son independientes, graciosos, muy sociables e imaginativos, Ocultan un punto de excentricidad que no se ve a simple vista y, si te despistas, te verás inmerso en alguno des sus desafíos mentales. Pero su rebeldía y su impaciencia juega muchas veces en su contra. Ver más
¿Qué me deparan los astros?