“Mi casa es un caos”

A antes que nada y que quede claro. Pilar no se ha casado. Pedimos pruebas y enseñó las manos: ni rastro de alianza. No fue ni regalo de cumpleaños ni nada por el estilo. De hecho, no hicieron nada para celebrar la onomástica de su marido, perdón, novio. Estuvieron trabajando hasta las 22.30. Tocaba baño de los niños, cena...

Porque Pilar y Sergio ejercen de padres todo el día. Cambian pañales a tutiplén. Porque de eso trataba la convocatoria en la que hablamos con ella. Dodot lanzaba nueva gama de productos y Pilar afirmó que no deja de sorprenderse de la ingeniería que conlleva algo que al final acaba en la basura.

Pero la sombra de Carbonero es alargada y la pregunta inevitable: ¿Se casaría usted en secreto?, inquirimos. " No sé si me casaré. Nunca me lo he planteado". Eso también lo decía Carbonero. "Yo también dije que no estaba embarazada y a la semana lo confesé. Lo siento, tuve que mentir". Entonces es que entiende por qué el guardameta y la periodista han preferido hacerlo de forma tan secreta.

"Entiendo que tengan sus motivos. Yo me quedo con el hecho: se han casado y me parece la cosa más bonita del mundo. Yo estoy súperfeliz por esa noticia y no me planteo por qué lo han hecho así". Aquí surgen un par de preguntas.

La primera: si les han felicitado. "Claro", responde. Y l a segunda, si están invitados a la supuesta celebración de este verano: "Ay, ¡yo qué sé!", espeta entre risas.

Bueno, pues volvamos a los pañales. Dice que Sergio los pone igual que ella, porque los cambia quien esté con el niño, que los roles no están definidos y que los dos hacen de todo. Es más, asegura que un hombre no debe sorprender por su maña con los quehaceres domésticos. "Si sabe conducir, poner un pañal no es más difícil". Cierto.

Ahora, sí que reconoce que encontrarse con dos niños pequeños no está siendo tan fácil como pensaba. "Creía que teniendo los carros, biberones y chupetes fuera, me daría igual uno que dos. ¡Qué va! Cuando uno se pone a llorar, el otro también. Es una locura, es un caos de casa. Hay veces que me desespero y entro en momento de caos, y no sé cómo solucionarlo. Es agotador. Lo bueno es que se sincronizan a la hora de dormir".

Pero no todo es queja. Para nada. De hecho, ya ha encontrado una afición con los bebés: el heavy metal. Preparan coreografías con música de AC/DC y cosas así. Porque la música amansa a las fieras. Pero Pilar con Marco, el benjamín, está siendo de otra manera. Le pilla con experiencia. "Me siento más segura porque le doy importancia a las cosas que realmente la tienen". Quien sin embargo es primerizo en eso de tener hermanos es Sergio, su hijo mayor. Efectivamente. Tiene celos. "Cuando se ha dado cuenta de que el bebé no está de paso, es cuando ha dicho: 'Esto no me hace gracia'. Hay veces que Sergio coge a su hermano con cariño y poco a poco empieza a apretarle. Como en plan: no sé si te quiero o te quiero pegar (risas). Marco se pone a llorar porque le aplasta... ¡Ah! y, de vez en cuando, se le va la mano".

Cosas de hermanos que solucionaría una princesita pero Pilar no lo ve. Con lo que cuesta reponerse de dos embarazos ¿no? Pero algunas, como en el caso de Pilar, hasta recuperan una figura mejor de la que tenían. "Peso lo mismo, siempre peso 58,5 o 59 kg. Pero ahora tengo más músculo". ¿Y eso cómo se logra? "Solo entreno una hora al día con un fitball". ¿Nada más? "Y como bien, porque antes comía de lo que pillaba y ahora me planteo lo de las cinco comidas al día".

Y dirán ustedes, aparte de los bebés, ¿Pilar tiene más conversación? Sí, la tiene. Y hasta vida. Tiene un proyecto laboral en ciernes del que no puede decir ni ‘mu’ y que le ha robado horas de sueño. "Estoy gestando un nuevo niño, pero en otra forma. Estoy con él desde hace seis meses y voy a dar a luz como en un mes".

Los símiles son maternales. Cosas del subconsciente porque ella reivindica todo lo contrario. "Que seas madre no te tiene que condicionar. De hecho es importante que la madre no anule a la mujer porque si no, ¿qué pasa? Tienes que sentirte mujer, seguir teniendo tu independencia, trabajar, relacionarte y no meterte en una burbuja de mamá y no querer saber nada más allá de los pañales".

Pilar tiene razón, hay que vivir, que bastante jaleo es ducharse como se ducha. "Tengo que estar jugando con Sergio a ‘Te veo no te veo’ en la ducha, por que si no, empieza llorar. Así que tú estás con el jabón entrándote en los ojos y al mismo tiempo, jugando, no sea que se te caiga el niño por las escaleras. Todo tiene que ser un juego. Y tardo una hora. Pero es que si no, no puedo hacerlo".

Quién dijo que ser madre era fácil... El pecho ha sido el precio que ha tenido que pagar. A Marco solo le ha dado de mamar un mes y medio. "Estaba todo el día fuera y no podía dejar tanta leche. No soy una vaca". Al final, todo es básico y primario.