Armónico y vibrante

La música tiene un efecto en nosotros mayor del que podemos pensar sin detenernos a evaluarlo.

Anne Igartiburu
Anne Igartiburu

Este lunes 4 de abril se celebró el concierto organizado por la fundación A Kiss for All The World con la Novena Sinfonía, de Beethoven, en el Teatro Real. Una iniciativa maravillosa para crear un mundo mejor a través de la música. Enhorabuena.

Dicen que la música despierta conciencias o que amansa a las fieras y, aunque suena a un refrán o aforismo casi jocoso, lo cierto es que el efecto de las melodías en los seres vivos es algo comprobado. La capacidad curativa de la música, incluso el vínculo que crea entre seres humanos, es sorprendente y hay que reconocer que hay incluso terapeutas, médicos y educadores que utilizan sus bondades para ayudar a mejorar a sus pacientes y alumnos con la musicoterapia.

Eso sin hablar de lo mucho que nos llega y toca cualquier melodía hasta llevarnos a estados insospechados. El ser humano canta, tararea y se expresa musicalmente desde las cavernas y ha utilizado la música para invocar a dioses y cortejar a seres amados.

En el camino del buscar continuo, me ha sorprendido mucho algo que tiene su lógica. Hablo de la ley física ‘principio de resonancia’, que se crea, por ejemplo, al sonar la cuerda de una guitarra o la tecla de un piano. Al hacer sonar una de las notas de un instrumento en una sala, la cuerda que corresponde a la misma nota en otro instrumento idéntico, vibra por sí sola, sin tocarla. ¿No os parece interesante?

Es decir, que estando en la misma frecuencia, en una sala, dos notas resuenan y se comunican sin haberse tocado físicamente. Algo hace que suceda lo mismo entre las personas. Los sonidos armónicos en música son los que resultan de una ‘nota fundamental’ y como ellos llegamos a empatizar de manera armónica cuando nos ‘afinamos’ entre nosotros.

Los científicos ya han demostrado que en el universo todo es energía, información que vibra

El científico Nicolas Tesla tiene un experimento precioso en el que se demuestra la influencia de los sonidos y elevación de los hercios sobre una placa con arena y las figuras que forman. Muy interesante. Y los científicos ya han demostrado que en el universo todo es energía. Es decir, entre otras cosas, información que vibra.

¿A dónde quiero llegar? No pretendo demostrar nada que no esté demostrado, pero sí tomar conciencia de lo mucho que estamos conectados, al ser energía, a través del sonido. Creo sinceramente que se nos escapan muchas maneras de detectar esa conexión porque la hemos olvidado a través de los tiempos. Y que podemos rescatarla para disfrutar de ella hasta llegar a vibrar todos en una misma armonía.

20 de enero-18 de febrero

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