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El encuentro con sus hermanos en el tanatorio fue tan tenso, que Arantxa Sánchez Vicario no asistió al funeral por su padre. Atrás quedan las imágenes y las palabras de la extenista, muy dolida, y que vimos y escuchamos hace dos meses.
Una de las raquetas más importantes de la historia española ha vuelto a pisar suelo español. En esta ocasión era para algo más agradable que el más que previsible enfrentamiento con su familia. Porque, aunque pareciera que el hacha de guerra estaba más que enterrada, jamás llegó a ser así.
Sánchez Vicario voló desde Miami para recibir un homenaje en la Caja Mágica de Madrid dentro del marco del Masters 1.000 que se celebra estos días.
La visita ha sido exprés. Ayer recogía el galardón ante un público entregado y evitaba, a toda costa, hacer declaraciones sobre la situación familiar antes de, horas después, coger un avión de vuelta a Miami para reunirse con su marido, Josep Santacana.