Inquietos es como estamos los ciudadanos y no es para menos. El país está, si me permitís la expresión, huérfano de mando y decisión, por una prórroga que dura demasiado tiempo ya. Mientras unos saben que no pueden decidir muchos asuntos porque están en funciones, otros se entretienen fantaseando con lo que podrían cambiar con la excusa de dar un giro en la política. No quisiera yo desacreditar a ninguna persona que decide, en teoría, entregar su tiempo a la sociedad por vocación.
Y es que, además, parece que no pasa nada. Y pasa, claro que pasa. Esta continua provisionalidad está frenando decisiones importantes de las que quizá ahora los ciudadanos de a pie no nos demos cuenta, pero que algún día lo notaremos. ¿Cuánto tiempo más vamos a soportar la tensión de esta goma que se alarga como un chicle? Seguimos las noticias como si fuera el día de la marmota. Y aquí ya solo queda hacer bromas jocosas en fonda de viñeta. Pero no es guasa. Que sea complicado de solucionar no quiere decir que nuestros políticos tengan derecho a aferrarse a su ego para no salir de esta trinchera en la que se han apoltronado mientras hasta el Jefe de Estado se moviliza para agilizar la creación de un Gobierno que tome las riendas del país. Fraudes, estafas, corrupción, aforamientos, papeles panameños, libertades provisionales y entradas en prisión, sinceramente nos da ya todo igual.
Vamos sobrellevando con casi imperceptible agonía, una situación que no puede ni debe extenderse más en el tiempo, mientras estamos entretenidos con nuestros líos cotidianos. En algo más de tres meses hemos visto fichas moverse tanto, dardos lanzados tan fuerte y juegos de escondite inglés tan evidentes que ya todo nos parece casi un divertimento. Pero no lo es, señores. Con la pose de que se lo toman en serio, se arrojan acusaciones y ya sabemos que a finales de junio nos tocará votar. ¿Qué pasará entonces? ¿Habrá acuerdo? ¿Nos diremos que podrían haberlo hecho antes? Inquietud y algo de pena por todo lo que sucede y porque este ‘limbo’ necesita una solución ‘para ayer’. No me conformo con pensar desde la resignación y repetirme indignada que tenemos los políticos y el país que nos merecemos. Considero que merecemos algo más comprometido y responsable que den ejemplo sin poner caras de póquer. Ser político, además de una vocación, es una profesión que hay que ejercer con conciencia y responsabilidad además de diligencia, honestidad y, como no, un poquito de pasión y alegría.
'Kiss', de Prince.
20 de enero-18 de febrero
Con el Aire como elemento, los Acuario son independientes, graciosos, muy sociables e imaginativos, Ocultan un punto de excentricidad que no se ve a simple vista y, si te despistas, te verás inmerso en alguno des sus desafíos mentales. Pero su rebeldía y su impaciencia juega muchas veces en su contra. Ver más
¿Qué me deparan los astros?