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Gisele Bündechen apareció sobre una pasarela situada en el centro de Maracaná y, mientras sonaba 'La chica de Ipanema', hizo eso que ha estado haciendo años y en lo que despuntó hasta que decidió retirarse: desfilar.
El mundo se quedó maravillado por la puesta en escena del 'show' preparado por la organización con la maniquí como protagonista. Sin embargo, Fernando Meirelles, director de cine y uno de los encargados de la realización de esta ceremonia, ha desvelado un secreto que rompe esa supuesta teoría de la perfección.
En una entrevista con Radio Gaúcha, ha explicado: "Gisele Bündchen falló. Acordamos una velocidad y ella caminó un poquito más lento. Tenía que entrar al mismo ritmo que anda en los desfiles, pero creo que estaba muy entusiasmada, caminó un poquito más lento y la música terminó antes".
Esa lentitud, provocada por la magnitud de su protagonismo en un escenario tan mágico, hizo que hubiera que emitir una escena menos con el responsable de interpretar al piano la banda sonora de ese paseíllo, Tom Jobin.
Y añade que ese final planeado de apagar todas las luces del estadio al finalizar esta parte de la gala, hicieron posible que nadie se percatara de que hasta la mismísima Bündchen es humana y comete errores en el desempeño de su trabajo.