"Decepción". "No gana medalla por primera vez en su carrera". "No igualará a Phelps". Estos son algunos de los titulares negativos que hemos podido leer en la última semana y media sobre Teresa Perales. Abanderada Paralímpica en Londres 2012, la zaragozana de 40 años, tiene 26 medallas obtenidas de su participación en cinco ediciones de esta competición. Las cuatro últimas, en Río.
O lo que es lo mismo: el número de metales de estas características colgadas al cuello la convierten, por sí solos, en la mejor deportista española de todos los tiempos. A pesar de que para cierto sector de la prensa, el talento de la nadadora aragonesa no sirva para satisfacer sus expectativas…
A estas alturas de la película, pocos serán los que no la conozcan. Ni a ella ni a su historia. A los 19 años, cuatro después de haber perdido a su padre, le diagnosticaron una neuropatía periférica que le provocó la parálisis total de las dos piernas. Por aquel entonces, Teresa soñaba con ser nadadora de elite y alcanzar la cima. Ni siquiera el quedar postrada en una silla ruedas fue un impedimento para lograrlo.
Durante este tiempo, y bajo el lema de "querer es poder" que rige su vida, ha repetido que lo importante no es ir caminando sobre los dos pies o en una silla de ruedas, sino tener un objetivo y lograrlo. Tanto es así que el día de su boda, en 2005, protagonizó una imagen asombrosa: le dio una sorpresa a su hoy marido, Mariano Menor, y entró andando hasta el altar. Junto a él, hace seis años, se convirtió en madre.
Nano ha sido testigo de cómo su madre ganaba todas y cada una de las cuatro medallas que se trae en la maleta de vuelta desde Río. Nano, hoy sí consciente de sus logros, presume en el colegio de ser el hijo de Teresa Perales. Y ella, ante los medios, los mismos que le han dedicado titulares en tono negativo, presume de hijo muy satisfecha de su trabajo en la piscina, pero, sobre todo, en la vida.
Por quinto ciclo olímpico consecutivo, misión cumplida.
20 de enero-18 de febrero
Con el Aire como elemento, los Acuario son independientes, graciosos, muy sociables e imaginativos, Ocultan un punto de excentricidad que no se ve a simple vista y, si te despistas, te verás inmerso en alguno des sus desafíos mentales. Pero su rebeldía y su impaciencia juega muchas veces en su contra. Ver más
¿Qué me deparan los astros?