Es una rompecorazones oficial, con todas las letras, sin sentimentalismos, vía judicial y a gusto del cliente. Su oficio consiste en poner el broche (de oro o todo lo contrario) a las relaciones de pareja cuando han acabado como el rosario de la aurora.
Lo hizo con Melanie Griffith y Antonio Banderas cuando el otrora soleado matrimonio había llegado a su ocaso, y en su día con Mel Gibson y Robyn Moore, protagonistas de la separación más cara en la industria del cine. También con Britney Spears, Kiefer Sutherland o Christina Aguilera, ganándose a pulso el apodo de la abogada de las 'celebs'.
Ahora, parece que es el turno de ponerse la toga para que Angelina Jolie saque el mayor provecho posible al punto y final de su matrimonio con Brad Pitt. Así que, el actor puede verse en un aprieto más que significativo, porque la que hasta ahora era su esposa ha contratado los servicios de la mejor para la disolución matrimonial.
La tarifa que maneja Laura Wasser asciende a 500 € la hora. Todo por dilucidar quién se quedará con el apartamento en los Hamptons, el loft en Manhattan, la casa en Malibú, los Pollocks del diáfano salón y, por supuesto, los niños.
Como la atractiva reina del divorcio guarda un silencio sepulcral, y tiene fama de profesional insobornable, su cartera de clientes no deja de engordar, a veces a ritmo de empacho, con descalabros amorosos como los de María Shriver y su exmarido Arnold Schwarzenegger, o Heidi Klum y el músico Seal, y un suma y sigue que cuenta con Scarlett Johansson (de Ryan Reynolds) o Demi Moore (de Ashton Kutcher), como si los pasillos que conducen a su bufete fueran el cercano y estrelladísimo Paseo de la Fama.
Nada de esto le es ajeno, porque Laura Wasser creció en Beverly Hills y es hija de un abogado de Los Ángeles especializado, cómo no, en divorcios. Hasta ella misma ha probado su propia medicina al divorciarse de su único marido hasta la fecha un madrileño de La Moraleja, por cierto con quien firmó un the end amistoso. Adivina quién les llevó los papeles. Pero ella no solo es abogada de celebridades, también lo es de mujeres con pocos recursos, muchas de ella víctimas de violencia de género, en el Harriett Buhai Center for Family Law de Los Ángeles.
Por si acaso, siempre lo deja muy claro: no quiere que nadie la confunda con su terapeuta ni con su consejero matrimonial. Tampoco quiere ser carne de reality televisivo, porque la proposición está hecha. Ella es la ley. Ya lo dice su nombre. Se llama Laura Allison Wasser. Dejen solo las siglas y léanlas en inglés: L.A.W. [ley]. Aunque, en honor a la verdad, no tiene aspecto de picapleitos.
Nació en 1968 en Los Ángeles (EE.UU.). Estudió en la Beverly Hills High School.
Se licenció en Derecho en 1994 en la Loyola Law School, tras pasar por la Universidad de California.
Ha escrito un manual sobre cómo divorciarse sin destruir tu familia o arruinarse.
Tiene dos hijos con dos hombres diferentes y no cree en el matrimonio.
Figura en las listas de abogados más poderosos del mundo.
"Las conversaciones sobre dinero no son sexis, pero hay que tenerlas porque aportan mucha claridad al matrimonio". (Dame Magazine, noviembre de 2012). Esta es una de sus reflexiones más célebres
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