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La comunión entre Justin Bieber y sus seguidores lleva ya muchos meses sin pasar por su mejor momento. El cantante canadiense ha vuelto a tener un desplante en medio de un concierto, esta vez por los gritos que escuchó entre canción y canción, que no le hicieron ni pizca de gracia.
Sucedió el pasado domingo en Manchester. Justin se enfadó, dejó caer el micrófono al suelo y se largó. Aunque antes dedicó unas palabras a los presentes: "Agradezco todo el apoyo, aprecio el amor, aprecio las buenas cosas, pero los gritos en los descansos no. Por favor y gracias. No creo que sea necesario cuando estoy tratando de decir algo y ustedes están gritando".
Poco después regresó advirtiendo que no iba a hablar más en toda la noche y, parece, la bronca surtió efecto en un público que fue mucho más comedido hasta el final del espectáculo.
No es la primera vez durante esta gira que Bieber tiene problemas con la gente y un comportamiento inadecuado. En varios de sus últimos conciertos ha escuchado abucheos cuando ha pedido a los seguidores que fuesen menos ruidosos.
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