Bustamante ya no llora

Somos un país muy incongruente. Se critica en las redes a Anna Simon por estar muy delgada y a Tania Llasera porque había engordado. Ambas han dado contundentes respuestas a quienes ven la paja en lo ajeno y no la viga en lo propio.

Las peleas entre famosos y tuiteros ya es un clásico. Y pican todos. Incluso intelectuales de prestigio se lían dialécticamente con un avatar, que en realidad esconde detrás a un adolescente que se está ‘partiendo la caja’. A este país le va la retranca, la ironía y el sacar de quicio al de al lado. Isabel Preysler es señalada porque le ha pedido su mano un señor de edad avanzada, pero si hubiera escogido para cuarto marido a un ‘yogurín’ aquí se forma la tercera guerra mundial. Nos va la marcha.

Pero también somos muy tiernos. ¡Cómo nos gusta la nostalgia! Ahí está el reencuentro de 'OT', que nos tiene con el corazón en carne viva por ver a Rosa López abrazada a Bisbal y a Chenoa procurando poner distancia, mientras a Juan Camus le quieren meter en un lío con alguien del pasado y Bustamante sigue haciendo travesuras como si no hubiera 15 años de por medio. Me van a permitir que haga un aparte con Busta.

Es el que más ha evolucionado. Se bajó del andamio para subirse al escenario y desde entonces hemos descubierto a un cántabro que se ha convertido en un ferviente asiduo al gimnasio y le hemos encontrado músculos que desconocíamos que pudiera tener en su cuerpo.

Es un tipo llano que irradia vitalidad. No se quita a su Paula y su niña de la boca, por muchas crisis que los puñeteros periodistas queramos buscar. Hace muy poquito, un periódico del norte le cambió de esposa y escribió en su versión digital que al concierto que dio en Vigo había asistido su mujer, "Lucía Echevarría". Una equivocación sin importancia. No pasa nada, porque todo el país sabe que Busta, sentimentalmente, solo vive por y para su asturiana.

Ahora le ha dado por las historias de amor en mexicano y el título Amor de los dos le va que ni pintado. Está triunfando con esta fusión de pop y mariachi, porque al final David no hace otra cosa que cantarle al amor, que es el ingrediente principal, el resto no importa.

Escuché a un crítico musical que, al principio, su imagen le recordaba al llorado Manolo Escobar, por el tupé y la camisa abierta enseñando vello. Ahora es un metrosexual. El cambio físico y artístico es sorprendente, pero hay otro cambio que le ha llegado con el reconocimiento de su talento: Bustamante ya no llora.

¿Qué presentador de tv colecciona relojes de 10.000 euros cada uno?

El motivo por el que algunos famosos como Hugh Jackman o Zac Efron posan con una uña de su mano pintada es que uno de cada cinco niños sufre violencia física o sexual. La campaña la inició Elliot Costello. Conoció a Thea, una niña de ocho años que, agradecida por haber escuchado su historia, le pintó una uña. Elliot dirige la ONG YGAP contra el maltrato infantil.