Despedida en Chicago

Esta semana Anne Igartiburu habla en su columna de la despedida de Barack Obama y de la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos.

Anne Igartiburu
Anne Igartiburu

El discurso de despedida de Barack Obama ha conmocionado a una gran mayoría. He de reconocer que me gusta escucharlo hablar. Cual preacher o predicador, de los que tanto abundan en las televisiones americanas –salvando las distancias– sabe lanzar el mensaje. La manera de comunicar, dirigirse a la audiencia y la cercanía que muestra el primer mandatario negro de la historia del hemisferio norte ha calado hondo y ahora toca iniciar una nueva era. El hasta ahora presidente de los Estados Unidos, representante de todos americanos, se va. Ha dado un discurso en Chicago, la ciudad que tanto le ha dado. Se despide tras ocho años de mandato y ante la atónita mirada de todos. Y no solo porque se vaya, que tocaba por norma, sino porque no se entiende qué ha podido pasar en el país de las oportunidades para que se dé un giro tan importante en el panorama político y, por ende, social de los americanos. Una cosa es lo que vemos de los americanos, y otra lo que es en realidad.

¿Con qué nos quedamos? Parece que no nos queda otra que creer a las urnas y la decisión de los ciudadanos . No se termina de entender que un hombre como Donald Trump haya convencido con las barbaridades que ha dicho y hecho, totalmente inconcebibles en un político que debería representar a una ciudadanía comprometida y que se ve reflejado en ese espejo. Pero es así, y tienen lo que han elegido. Veremos qué le depara ahora a un país dividido y que ha mostrado una cara desconocida para muchos. Pero existe esa sociedad americana que quiere un cambio político como salida para mejorar su situación.

No sabemos si es lo más adecuado, pero está claro que es la decisión de la mayoría de los americanos. Por algo será. Desde mi punto de vista, algo ha debido fallar para que un señor que es la caricatura de un ser radical e intransigente convenza a gran parte de la sociedad americana. Recordemos que Estados Unidos no es lo que vemos en la mayoría de las películas y que existe una América distinta que hay que vivirla de cerca para entenderla y traducir el resultando de las elecciones. El discurso de Obama ha estado plagado de mensajes de esperanza y de afecto hacia sus votantes. Sereno, pero emocionado al referirse a su compañera Michelle, no dejó de sonreír y mostrarse optimista. Se va satisfecho y sabiendo que muchas de las cosas logradas pasarán a segundo término para que el nuevo presidente marque sus prioridades, algunas totalmente opuestas a él. Y eso le preocupa. Ahí no ha escatimado en alertar a los americanos que no deben bajar la guardia y que velen por su democracia. Sirvan estas palabras de Barack Obama para darnos cuenta de la importancia de comunicar bien y mostrar cercanía por parte de nuestros políticos. Habrá que ver ahora lo que le depara a un país con nuevo presidente y que se verá las caras en algún momento con el nuestro.

Una canción para la ocasión...

If you leave me now, de Chicago.

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