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Hay quienes no se esperan salir airosos en una noche tan importante como la de los Premios Goya y llegan a la gala sin nada preparado por si acaso. Una de ellas en la noche de la 31ª edición era Anna Castillo, nomina en la categoría de Mejor actriz revelación por su papel en 'El olivo'.
Así que, tras la cara de sorpresa de rigor y alguna lágrima contenida, soltaba un grito sobre el escenario y pronunciaba, con toda la espontaneidad del mundo y de sus tiernos 23 añitos: "Estoy flipando. Me quiero matar por no haber preparado nada bien".
Era ahí cuando comenzaba la retahíla de agardecimientos: "Gracias a la Academia, de verdad. Gracias a todo el equipo de 'El Olivo'. Gracias a Pol por escribir un personaje tan bonito, tan valiente, tan luchadoo… Gracias sobre todo a Icíar Bollaín por confiar en mí. Te admiro para siempre".
Y más gritos fruto de la emoción y de la espontaneidad del momento para seguir agradeciendo: "Gracias a Javi y a Pep, porque fueron los mejroes compañeros del mundo. He aprendido de vosotros lo más grande".
Era el momento de la deportividad, de acordarse de una de las que pudieron ser ganadoras, pero se quedaron por detrás de Castillo: "Belén (Cuesta) esto es tuyo. Te doy todos los premios, que te quedan pequeños y grandez. Eres la persona de la que más he aprendido estos años como actriz".
Y terminaba acordándose de los suyos: "Lo quiero compartir con mi famila mis amigos, toda la gente que quiero… A mi padre, a mi madre, a mi hermana…".
Ella se ha impuesto, además de a Belén Cuesta ('Kiki, el amor se hace') a Silvia Pérez Cruz ('Cerca de tu casa') y Ruth Díaz ('Tarde para la ira').
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