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Su historia saltó a los periódicos de medio planeta. El 3 de mayo de 2007 una niña británica desaparecía en el Algarve portugués. Tenía cuatro años y se llamaba Madeleine McCann. Su nombre estaría presente durante meses en todas las televisiones gracias al esfuerzo que sus padres pusieron en la campaña de difusión del caso.
A día de hoy, la niña –que tendría casi 14 años– sigue desaparecida, pero no ha caído en el olvido. Tampoco sus padres. Durante estos años les ha sucedido de todo: a los pocos meses de la desaparición les investigaron como sospechosos de una posible muerte accidental de la niña –les exoneraron poco después–, montaron una fundación que les aportó cuantiosos ingresos –según Europa Press, en solo seis meses llegaron a recibir más de un millón y medio de euros–, crearon una página web para mantener activa la búsqueda y Kate McCann, la madre, publicó un libro, 'Madeleine', en 2011.
Ahora Kate vuelve a los medios. La doctora McCann acudirá al programa 'Got Talent', como parte del llamado Coro de los Desaparecidos, compuesto por familiares de personas en paradero desconocido. La expectación en Reino Unido es tal que ya se ha filtrado un vídeo de sus ensayos. Y es que la emisión coincidirá con el décimo aniversario de la desaparición de la niña.
Pero Kate McCann no es la única que ha utilizado la televisión como plataforma para recordar su causa. Tampoco Inglaterra es el único país en el que se les da voz. En España, algunos casos han sido tan mediáticos como desoladores. Entre ellos, el de Marta del Castillo, desaparecida en 2009, y la lucha de su padre, Antonio del Castillo. Sus apariciones en televisión se cuentan por decenas.
Aunque McCann y del Castillo no son los primeros ni los últimos padres en una situación similar que recurren a los medios. En nuestro país el pionero quizá fue Fernando García, padre de Miriam, una de las tres niñas de Alcàsser (Valencia) asesinadas en 1992, que estuvo en reiteradas ocasiones en programas como 'Esta noche cruzamos el Mississippi' o el propio 'El Juí d’Alcàsser', de Canal 9, en el que analizaban los detalles del caso a diario.
Tras él llegaron otros sucesos, como el de Mari Luz Cortés, en 2008. Su padre buscó justicia ante los tribunales, pero también en la prensa. La mediatización del caso fue tal que, en 2011, tres años después de la desaparición y muerte de la niña, la mujer de Santiago del Valle, el principal acusado, confesaba en directo en 'El programa de Ana Rosa' que su marido había matado a la pequeña. Para entonces, también el progenitor de la niña se había convertido en un hombre mediático.
Pero ¿qué lleva a unos padres a aparecer en televisión en el peor momento de su vida? La respuesta es tan simple como descorazonadora: cuando alguien desaparece, el tiempo es crucial, pero lo es también la difusión mediática.
«Evidentemente un niño o un adolescente tiene más impacto, porque no entra la variable de que se haya ido a empezar una nueva vida», explicaba el periodista Roger Pascual, en 'El Confidencial' a raíz del caso de Diana Quer. Él es autor del libro 'Desaparecidos en España'. En nuestro país hay cerca de 14.000. De los medios depende que no se olviden sus nombres.