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A Lara Álvarez (30) podríamos definirla como la presentadora con la sonrisa más generosa de la televisión, por eso, en el momento que las cosas se tuercen, no pueden disimularlo. Como la pueden ver en nuestra portada de este lunes, es como salía del gimnasio, como cualquier día, pero con la mirada perdida y cara de circunstancias.
El motivo no es otro que el punto y final en su relación con Román Mosteiro, el empresario gallego con el que pretendió olvidar a Fernando Alonso para dejarle desde Honduras y, meses después de esa vuelta de Supervivientes, darse una segunda oportunidad –tal y como revelamos en esta revista en exclusiva el pasado mes de diciembre–.
Puestos en contacto con ambos protagonistas de la noticia, ninguno de los dos confirma que se les haya acabado el amor, pero tampoco lo desmienten. Lara da la callada por respuesta y Román, con mucha educación, asegura que no habla de su vida privada en los medios.
Lo cierto es que han dejado de darse cariño en las redes sociales, donde, a pesar de no airear su relación, si era habitual que pulsaran el botón de 'like' en las imágenes que colgaban uno y otra. Y mientras que él parece haber encontrado refugio en la música y en la compañía de golden retriever, ella, una vez más, habría recurrido al cariño incondicional de su familia. Después de los grandes desamores de su vida –hay que recordar que, además de ser pareja del campeón de Fórmula 1, lo fue de Sergio Ramos, Ángel Martín y Adrián Lastra– el gran apoyo sobre el que ha pivota su recuperación han sido sus padres y su hermano, hacia el que siente auténtica pasión.
También le ayuda a tener la cabeza en otro sitio que en el terreno laboral las cosas marchan. Lara, en quien confía Mediaset –grupo de medios para quien fichó en diciembre de 2014– para diferentes tareas relacionadas con sus realities, es la encargada de presentar el Última hora de 'Gran Hermano VIP'.
Álvarez ya disimuló su descalabro emocional, nada más terminar con Alonso, contestando a Jordi González delante de la audiencia de 'Supervivientes' que su corazón estaba "latiendo". Hace unos días, ya alejada de su empresario hipster, antes de entraren directo se destensó bailando 'Despacito', uno de los últimos temas de Luis Fonsi. Solo así, relajándose, es capaz de seguir siendo la chica que cautiva al espectador con una sonrisa que, en estos momentos, le cuesta sacar.
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