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Lo bueno de no tener Twitter es que te ahorras un montón de disgustos. Si no, que se lo digan si no a Cate Blanchett, que debió pasar unos días estupendos mientras las redes ardían a cuenta de ella. El culpable era un antiguo compañero de reparto, Val Kilmer, que colgó diez mensajes recordándola y desbarrando: "Una vez volé hasta Australia solo para hablar con Cate Blanchett. Pero me encontré con su marido primero, o en lugar de ella, para ser exactos".
Siguió: "Recientemente he tenido dos sueños con Cate Blanchett. Su marido no estaba en ninguno de ellos". En otro de los tuits contaba: "Una vez hice un cameo solo para coincidir con Cate Blanchett, que cogía una pala en la misma escena. Estaba tan deslumbrado por cómo la cogió que olvidé la frase que tenía que decir". Y siguió, y siguió, y siguió... Hasta que, ante el aluvión de críticas, tuvo que justificarse, sin arreglar gran cosa...
Claro que esta historia se veía venir. O, al menos, eso dijo hace muchos años Mark Kilmer, hermano del actor y psicólogo: "Estoy convencido de que Val va a tener problemas con las relaciones hasta que busque ayuda".
A Val, en sus buenos años, nunca le faltó una mujer guapa a su lado. Su lista de conquistas la inauguró Cher, cuando él tenía 22 y ella, 36. Después vendrían Michelle Pfeiffer, Daryl Hannah, Drew Barrymore, Elisabeth Shue, Cindy Crawford o Joanne Whalley, la única con la que se casó, con la que tuvo dos hijos y que le denunció en 2011 por no pagarle los más de 25.000 euros mensuales que habían acordado tras el divorcio.
Al margen del incidente con Blanchett, tiene fama de intenso. Las anécdotas, declaraciones contra él o enfrentamientos con los directores que le sufrieron parecen interminables. Abandonó su primer trabajo porque no era capaz de encontrar la motivación del personaje. ¿Demasiado perfeccionismo o majadería? Quizá lo segundo: tenía 12 años y era un anuncio de hamburguesas.
Por fin llegó su primera película, 'Top Secret', y le tocó interpretar a un roquero. Se metió tanto en el papel que hasta acabó grabando un disco con las canciones del personaje. Otro exceso sin sentido... Ante estas acusaciones, alguna vez ha dicho que no cree que sea demasiado perfeccionista y, de serlo, se trataría de algo que hace por "el bien de la película".
Lástima que no todos piensen así. Joel Schumacher, su director en 'Batman Forever', le describió como "infantil e imposible". Fue aun más lejos y aseguró que era: "El ser humano más perturbado psicológicamente con el que he trabajado".
Más inquietante resultó lo que dijo sobre él Kevin Jarre, guionista de 'Tombstone: La leyenda de Wyatt Earp': "Val tiene un lado oscuro del que no me siento cómodo hablando". Da hasta miedo pensarlo y, quizá por eso, todos en Hollywood le conocen como Psico Kilmer.
Veremos cuál es su próxima genialidad. Siempre, por el bien de la película.
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