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Recién aterrizada de Coachella, la semana pasada Dulceidazarpó en el barco de Ron Barceló que la ha llevado por algunas de las islas españolas que baña el Mediterráneo. No era un viaje de placer para la influencer como sí para los otros tripulantes de la nave de Desalia, ella iba a pinchar, a trabajar, a dejarse ver por la cubierta... A hacer imagen.
La bloguera y youtuber, que también hace de DJ, fue contratada por la firma de alcoholes para dar una de las mejores fiestas. Sin embargo, lo que iba a ser una noche de lo más animada acabó siendo un auténtico bochorno para la catalana que tuvo que estuchar del público sus gritos y sus abucheos. "No sabe pinchar", dicen algunos de los testigos que presenciaron sus sesión.
A pesar de las burlas, Dulceida, que cuenta con una legión de fans capaces de colapsar las puertas de los eventos a los que acude como imagen, seguió con su show y bailó subida a la mesa de mezclas como si nada ocurriera.
Con más de dos millones de seguidores en Instagram, la catalana es un reclamo seguro. Donde ella va arrastra a sus fans, razón por la que en ocasiones incluso va acompañada por un grupo de escoltas como lo hizo el pasado septiembre en la Mercedes Benz Fashion Week.
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