Marina Danko: "Son momentos muy dolorosos"

Hay indignación y sorpresa, sentimiento de traición y desesperanza. Los hijos de Palomo Linares lloran su pérdida y, sobre todo, lamentan que su final se vaya a convertir en una guerra sin cuartel con la novia de su padre, a la que en privado señalan como responsable del ocaso familiar. No perdonan –ni olvidan– las ocasiones en las que, según ellos, Concha pudo haber motivado un acercamiento: "Nunca lo hizo. Coincidimos en una ocasión y apenas tuvo interés en conocerme y profundizar en los problemas con mi padre", confiesa Miguel (36) a su entorno más próximo.

Es él con quien Palomo tuvo más relación. Un incidente con una de las propiedades que posee –en la actualidad gestiona el patrimonio– provocó un desencuentro que le obligó a salir de la finca El Palomar. Ahora, asegura en conversaciones con sus más íntimos, que en su interés siempre estuvo tener buena relación con su progenitor: "Por eso hemos estado ahora a su lado. Hasta el final, digan lo que digan".

Miguel se refiere en plural, porque, junto a él, sus hermanos afrontan la misma travesía de dolor. Concha no les avisó del empeoramiento repentino de su padre y se enteraron –por la prensa y con desconcierto– de la gravedad de la situación: "Desde entonces no se han movido del lado de su padre", confiesa alguien cercano a la familia.

Marina está destrozada. En su cabeza se agolpan infinidad de recuerdos de los días felices junto a Palomo. Llora apesadumbrada, como sin aliento, por una muerte que llega antes de que pudieran sellar una paz que si bien ambos anhelaban, ninguno supo cómo plantear.

Ahora su nueva vida, la segunda, se ha visto truncada por este adiós inesperado: "Son momentos muy dolorosos y muy tristes para mis hijos, a los que adoro, y para mí como madre y esposa que he sido", dice en las que son sus primeras palabras tras el adiós al hombre de su vida, del que le distanciaba no solo lo económico. Marina había cedido en más de una ocasión para remar hacia el entendimiento. Lo hizo casi en secreto.

Había sanado sus heridas abrazando al perdón como fórmula maestra hacia el olvido. Quizás por eso, ha querido hacerse cargo de los gastos derivados del fallecimiento, que superarían los 8.000 euros. Sin titubeos. Es la forma de demostrar que en la balanza de los sentimientos, Palomo jugaba a favor.: "Lo que yo haya hecho ha salido de mi corazón".

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