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Unos meses antes de que se anunciara la ruptura que conmocionó al mundo –la de los 'Brangelina'–, Angelina Jolie andaba con la mosca detrás de la oreja por una p osible infidelidad de Brad Pitt con Marion Cotillard como tercera pata del banco.
Así que contrató a un detective para que controlara cada uno de sus movimientos. Angelina no es una excepción. Como cualquier persona con sospechas de que se le está engañando o con desconfianza de que cualquier parecido con la realidad que le han contado sea mera coincidencia, recurrió a los servicios de un profesional.
"Te puedo asegurar que, al final, todo el mundo necesita en su vida un detective y un abogado. Ya sea por una infidelidad, porque están metidos en negocios y quieren investigar a los socios…". El que habla es Jaime Sánchez, de Coysan Detectives privados, quien explica que sus "informes tienen validez como prueba ante un juez". Y añade: "Luego tenemos que ir ante los juzgados para ratificar esos informes, pero sirven de prueba. Tienes que demostrar que tienes la licencia y los estudios que, ahora, es el Grado de Criminología".
Sabemos que Madonna contrató a uno para que le advirtiera de los movimientos de su hijo Rocco. Que Jennifer Garner hizo lo propio para espiar una posible doble vida de Ben Affleck. Y que Britney Spears puso a uno de estos profesionales sobre la pista de Kevin Federline para demostrar que no podía hacerse cargo de sus hijos y que la custodia debía ser suya.
Pero, ¿también demandan estos servicios los famosos españoles? Sin dar nombres, para salvaguardar el secreto profesional, Jaime revela: "Muchos famosos españoles han recurrido a nuestros servicios. Suelen acudir si creen que tienen 'paparazzi' siguiéndoles o micrófonos en sus viviendas. También para fiestas en las que nos contratan para ver qué coches hay alrededor del lugar donde se está celebrando y de quiénes son las matrículas. Se llaman contravigilancias".
Pero quizá lo que más les preocupa que salga a la luz y por eso ponen especial cuidado en que ningún detalle quede al descubierto es "cuando van a una discoteca, esta les facilita el acceso a ciertas compañías y te requieren para que compruebes que no les están grabando cuando están acompañados por esas personas que no son sus parejas".
En cuanto al 'modus operandi', varía si quien contrata al detective es ese rostro conocido o, por ejemplo, una revista que quiere obtener una información. En el segundo de los casos, "te enteras de dónde tiene la fiesta, se habla con el director de la discoteca o sala o con personas allegadas para meterte como parte del evento. Se graba con cámara oculta o se coloca la misma a esos acompañantes y son ellos mismos los que lo hacen", explica Sánchez.
Y si es al revés, es más sencillo: "Contactamos también con la dirección del local donde se vaya a celebrar la fiesta, se redirige el sistema de grabaciones que tienen ellos y se ponen cámaras en la puerta para controlar a las personas que entran y salen".
Si han llegado hasta este punto y se preguntan cuánto cuesta poner un detective en su vida, la respuesta es 575 euros por día de investigación. Si se precisan más días, se puede ajustar un precio. Y si, por ejemplo, el caso que nos ocupa es de los que se resuelve en 15 días, hay tarifas bonificadas.
Ya saben: miren a su espalda y si piensan que les han podido pinchar el móvil o que les están siendo infieles, quizá necesiten un detective. Todos necesitamos uno en nuestra vida, incluso su propia pareja.
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