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Los problemas judiciales y, sobre todo penales, para el exjugador y excapitán de la Selección española de fútbol Raúl González Blanco, se acrecentan. El próximo día 10 de julio, el juzgado de instrucción nº41 de Madrid ha llamado a declarar a los representantes legales de la sociedad instrumental de Raúl –Europa Scar Sport SL–, así como al perito que realizó la investigación ante un presunto alzamiento de bienes sobre esta empresa.
Los grandes perjudicados de esta inversión fallida –y ahora investigada– del exdeportista en paneles solares serán su madre, María Luisa Blanco, que puede acabar en la cárcel, y su cuñado, Carlos Redondo Sanz, hermano de su mujer, Mamen. Este último como economista que es, sería el ideólogo de las principales inversiones del exdelantero del Real Madrid.
La gravedad del caso radica en que, según los investigadores, la madre de Raúl, que solo tenía el 0,01% de las acciones de la empresa, figuraba como administradora solidaria y como presunto testaferro de los negocios de su hijo. Por eso puede acabar en prisión ante el hipotético delito de alzamiento de bienes producido.
No obstante, los investigadores consideran que el artífice de toda esta ingeniería financiera que conforman los negocios de Raúl, es su cuñado Carlos. Este también poseía el 0,01% de la empresa y, "debido a su formación económica, ha hecho y deshecho como le ha dado la gana".
La cita del próximo 10 de julio será crucial para el devenir de la familia González Blanco, porque significa el comienzo de su penitencia judicial. Una saga que, esta semana, ha celebrado el 40 cumpleaños del exdeportista compartiendo una foto en Instagram junto a Mamen y sus cinco hijos. Al lado se podía leer: "Celebrando este día especial con la familia. Gracias a todos por vuestras felicitaciones".
La declaración judicial de los representantes legales de los supuestos testaferros de González Blanco se producirá justo cuando este va a ser fichado por Florentino Pérez para ocupar un cargo directivo. Una operación que estaba previsto cerrar en los primeros días de julio, pero que, ahora mismo, espera enturbiada por el caso de Cristiano Ronaldo.
Sin embargo, se da por seguro que se formalizará en las próximas semanas. El puesto que se baraja que ocupará es el de adjunto a la dirección general, que ostenta José Ángel Sánchez, mano derecha de Florentino Pérez. Si los juzgados no lo impiden, será una de las caras visibles en la gira del club blanco por Estados Unidos, que comenzará a finales de julio. El presidente del Real Madrid, de nuevo, rescatará a una de las exestrellas del equipo con un elevado sueldo.
El escándalo de la investigación judicial sobre los negocios del que fuera 7 de España tiene su origen en una inversión fallida, donde ahora se le pide una responsabilidad de 6,9 millones de euros por la cantidad que no se devolvió del préstamo.
En concreto, en el año 2008, el entonces aun jugador merengue, acordó con el Grupo Aurantia, propiedad de la familia Naranjo –dueños de Sufi SA, empresa vinculada con la trama Gürtel–, hacerse con una participación del 20% del capital de Cadmos Energías Renovables. El objetivo era construir una planta de Paneles Solares en Puerto Real (Cádiz). Para ello se constituyó la empresa Gadir Solar como filial de Cadmos.
El negocio, a primera vista, parecía redondo y de poco riesgo. Se beneficiaba del boom de las energías alternativas, a la vez que recibía cuantiosas subvenciones públicas de la Junta de Andalucía y del Estado –valoradas en unos 35 millones de euros–. Con todo ello se minimizaba las aportaciones de los socios, que fundamentalmente eran una garantía para conseguir un préstamo de la entidad Credit Suisse por otros 35 millones.
En el año 2011, Gadir Solar cerró con unas pérdidas de 22, 5 millones de euros. Esta falta de ingresos llevó a que, en ese mismo año, la empresa entrara en concurso de acreedores, y que, en 2012, la fábrica cerrara dejando en la calle a 200 trabajadores.
Espoleada por la gran presión social existente, la Junta de Andalucía fue la primera que movió ficha para reclamar la devolución de las subvenciones entregadas. Pero no fue la única. También lo hizo la entidad financiera acreedora, Credit Suisse. En este caso, el banco suizo no solo fue contra Aurantia, como la Junta de Andalucía, sino que también se dirigió contra Raúl González Blanco, que se negó al pago y comenzó toda una serie de maniobras dilatorias.
En primer lugar, en diciembre de 2011, el exjugador pidió la nulidad del pacto de los socios, amparándose en que no se ajustaba al plan de negocio. En segundo, consideró que su responsabilidad era subsidiaria, es decir, que primero debía pagar la sociedad Cadmos, que había solicitado como tal el crédito a Credit Suisse. Y, si esta no pagaba, podrían ir entonces contra él. Raúl, además, acusó a la familia Naranjo de no haber informado a su empresa Europa Scar Sport SL sobre las refinanciaciones realizadas sobre dicho crédito. Pero sus alegaciones no sirvieron. El caso fue llevado a los tribunales por la familia Naranjo. Y, por ahora, el madridista ha perdido.
El problema radica en que, paralelamente a que se abría el frente judicial, el futbolista realizó diferentes actuaciones en defensa de su patrimonio para evitar las consecuencias económicas del mismo, vaciando Europa Scar Sport SL.
Por un lado, traspasó toda su actividad inmobiliaria, valorada en algo más de 20 millones de euros a su sociedad Radlin Develops SL. Y, por otro, también escindió su negocio de derechos de imagen a Europa Scar Imagen SL para, una vez vaciada la sociedad, solicitar el concurso de acreedores de la misma. De hecho, ahora se ampara, precisamente, en esta situación concursal de su empresa para pagar. Todo esto es lo que puede ahora poner al borde de una pena de cárcel a la familia González Blanco.
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