Pascual es ganador de la última Copa de Oro Santa María Polo Club. / redes

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El chico de moda de Sotogrande

Este joven de la 'jet' madrileña se ha convertido en el objetivo de las revistas del corazón y tiene cierto vínculo con Isabel Preysler.

Pascual Sainz de Vicuña, quien cumplirá 31 años en septiembre, se ha convertido en la estrella de Sotogrande (Cádiz). Este joven de la alta sociedad madrileña acaba de romper todos los moldes en esta elitista zona de veraneo del sur de España. No solo ha deslumbrado por sus dotes físicas y poder económico, sino también por haber ganado con su equipo, el Dos Lunas & AG Banca Privada, la prestigiosa Copa de Oro Santa María Polo Club.

Él fue pieza fundamental con su 'stick' y su caballo para ganar al favorito, Ayala Polo Club, tras remontar cuatro tantos en contra y conseguir la victoria en el tiempo adicional. No es la primera vez que gana este trofeo. En 2009, tras conseguir también la Copa de Oro en Sotogrande, se tatuó el escudo de su equipo.

Está considerado el mejor jugador de polo de España

Dicen sus conocidos que Pascual es un gran deportista, pero fue un mal estudiante. Aunque empezó a cursar la carrera de Periodismo, la abandonó en su comienzo. Tuvo la fortuna y la posición familiar de cara para poder dedicarse al polo de manera profesional. De hecho, sus padres, Álvaro Sainz de Vicuña Bemberg y Anunciada Torras de las Cuevas, incluso compraron el equipo en el que militó en el año 2004. Es 'hándicap 6' –una posición dentro de este deporte– desde los 25 años y está considerado el mejor jugador de polo de España.

Hoy, se ha convertido en uno de los jóvenes más pretendidos. Ya desde hace un par de años figuraba como uno de los personajes más solicitados. Amante del rock, posee perfil privado en Instagram (@pascualsdv), donde tiene 904 seguidores. Vive a caballo entre Buenos Aires, Madrid, donde tiene su residencia en la urbanización Puerta de Hierro, y Sotogrande.

Pasa unos seis meses al año en Argentina y otros seis en nuestro país. Una de sus hermanas, Vito, es copropietaria de Beker 6, un elitista restaurante situado en la madrileña calle de Hermanos Becker, a escasos metros de donde reside la familia Franco. Es uno de los locales de moda para la jet set madrileña, donde, en privacidad absoluta, se reúnen familias como los Martínez de Irujo, Abelló, Cortina o Zurit. Los mismos círculos elitistas en los que se mueve Pascual, ya sea en Sotogrande o en Argentina, y que han dominado desde siempre los Sainz de Vicuña.

Isabel Preysler

El destino quiso que el padrino de Isabel Preysler, tras su llegada a España en 1969, fuera precisamente el abuelo del hoy cotizado joven Pascual Sainz de Vicuña. Se trata de Eduardo Teddy Sainz de Vicuña, descendiente del marqués de Alhucemas y tío materno de Miguel Boyer, quien con el paso de los años se convertiría en el tercer marido de Isabel.

Los miembros de esta rama de los Sainz de Vicuña nunca ocultaron su adscripción en su día al régimen franquista, como el bisabuelo Pascual Sainz de Vicuña y Camino, caballero de la Legión de Honor, quien sería nombrado por el General Franco cónsul en Hendaya. Este, un conocido abogado, contrajo matrimonio con Margarita Tina Soriano Roxas, integrante de la familia filipina de los Roxas, con la que tuvo cinco hijos: dos niñas —María del Pilar y María del Juncal— y tres chicos —Juan Manuel, Eduardo y José Antonio—. Todos tenían un poder considerable gracias a sus cuantiosas fortunas y puestos de mando.

Es hijo de Álvaro Sainz de Vicuña Bemberg. / redes

Los Sainz de Vicuña abrieron las puertas de la 'jet set' madrileña a Isabel Preysler

Los hermanos Sainz de Vicuña Soriano, primos hermanos de la madre de Miguel Boyer, Carlota Salvador, se convirtieron así en los grandes protectores y valedores de Isabelita en España mucho antes de que se casara con el exministro socialista. Le abrieron las puertas de la 'jet set madrileña' que ellos frecuentaban. De los tres hermanos varones, Eduardo Sainz de Vicuña fue la persona que más introdujo en sociedad a Isabel. Conocía los gustos y las características de su ahijada'. Tío Teddy, como ella le llamaba, era muy buen amigo de la madre de Isabel, Beatriz Arrastia, de sus tiempos en Filipinas. Frecuentaba esta país, además de por su descendencia materna, por sus negocios de bebidas en todo el mundo. Era uno de los principales accionistas del grupo empresarial Bemberg, ya que estaba casado con Inés Bemberg y García Mansilla, una argentina de origen judío, rica heredera del emporio cervecero Quilmes.

Eduardo Sainz de Vicuña repartía sus días entre España y sus reuniones empresariales por todo el mundo. Para Isabel era su salvación, ya que, por aquellos años, las familias de origen filipino escaseaban en la capital de España, salvo los hermanos Zobel, también amigos de los Preysler-Arrastia

Los veranos de la 'jet'

Pero a su vez, la tía de Isabel, Teresa Arrastia, y su compañero, el diplomático Miguel Pérez Rubio, también mantenían una vieja amistad con los Sainz de Vicuña, con los que compartían veladas en las mansiones de las más poderosas estirpes madrileñas. Incluso, veraneaban en el mismo lugar, en la localidad francesa de San Juan de Luz, donde ambas familias tenían residencia de verano y donde Miguel Boyer había nacido. De este modo, la amistad de Preysler, que por entonces no conocía ni había oído hablar de su futuro marido, con los Sainz de Vicuña fue creciendo día a día, integrándose perfectamente en su estructura.

Pero si el tío Teddy se ocupaba de su protección y de buscarle cuanto necesitara, otro de los hermanos, Juan Manuel, al que todos conocían por Johnny, un destacado economista que introdujo la Coca-Cola en España y en las colonias africanas, era su abrelatas en los más selectos ambientes de la rancia derecha española, ya que era muy amigo de la familia del general Franco.

Estaba casado con Fernanda Primo de Rivera y Urquijo y era presidente del Club de la Moraleja y de la Real Federación Española de Golf, un deporte que entonces solo practicaba en nuestro país la jet de la capital. Isabel le solía pedir consejo y, siempre que podía, le ofrecía su asesoramiento.

El perfecto anfitrión de Isabel fue el pequeño de la familia, José Antonio, 14 años más joven que tío Teddy. Un atractivo productor de cine dueño de Impala, una compañía que creó a finales de los años 60 y que ha producido más de 100 películas dirigidas por los cineastas más importantes de España —Pedro Masó, José Luis Cuerda, Luis García Berlanga, José Luis Garci...—. José, como le llamaban, se convirtió en el perfecto dandi, acompañante de Isabel en todo tipo de menesteres, incluso después de que la filipina rompiera con Julio Iglesias.

Precisamente en la sala de cine que José Antonio Sainz de Vicuña tenía para los pases privados de sus películas se fraguaron algunos de los más sonados romances de la alta sociedad madrileña. Por ejemplo el de Preysler con el marqués de Griñón, Carlos Falcó y Fernández de Córdoba, durante el pase privado de Fiebre del sábado noche.

Así, sin saberlo, las vidas de Isabel Preysler y la estrella de Sotogrande, Pascual Sainz de Vicuña, se entrecruzaron antes de que este joven se convirtiera en el objetivo de las páginas de las revistas del corazón.

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