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Arnold Schwarzenegger el culturista que a veces se portaba mal

Llegó, se dejó ver y venció. La visita del actor de origen austríaco al Festival de San Sebastián hace unos días no ha dejado indiferente a nadie. Con su pasado ocurre igual: hay demasiados puntos oscuros y cosas que contar...

CARLOS GONZÁLEZ

Esta vez él no era el protagonista. Su último trabajo, 'Las maravillas del mar', es un documental, rodado junto al hijo del capitán Cousteau, que nos descubre los muchos tesoros que oculta el océano para ver si así nos animamos a cuidarlo más. Schwarzenegger se acercó a San Sebastián para presentarlo y aprovechó para meterle un par de palos a Donald Trump, por su falta de sensibilidad con el medio ambiente, y ya de paso reivindicar la labor que él hizo cuando fue gobernador de California.

Porque sí, durante ocho años ocupó este puesto, e incluso se pensó que podía llegar a presidente. Lástima que al acabar su mandato estallara su gran escándalo: tenía un hijo de 14 años con Patty Baena, la mujer que durante dos décadas había trabajado en su hogar.

El lío con su asistenta

Todo transcurrió a la vista de la familia pero sin que nadie se diera cuenta: el lío de la estrella con su asistenta, el embarazo, el nacimiento de Joseph y cómo fue creciendo. Hasta que un buen día, pasados ya siete u ocho años, Arnold miró al chaval. " Empezó a parecerse a mí, fue entonces cuando me di cuenta", contó él. Pobre Maria Shriver –su ahora exmujer y miembro del clan Kennedy– y pobre Rogelio Baena –marido de ella–. "Era mi héroe, no sé qué pasó", dijo este último cuando estalló el escándalo, aunque algo debió olerse porque se separó de Patty semanas después de que naciera ese hijo. Una vez abierta la caja de los truenos, apareció por allí Brigitte Nielsen, exmujer de su amigo Sylvester Stallone, para explicar que ella también tuvo una aventura con Schwarzenegger.

Fue durante un rodaje. "Los dos sabíamos que lo nuestro acabaría cuando terminara la película, nuestro tiempo estaba limitado, así que desaparecíamos en cuanto se apagaban los focos, queríamos probarlo todo", aseguró ella, y él lo confirmó en sus memorias. También escribió un libro Barbara Outland, con la que el actor mantuvo una relación de seis años. Cuando se conocieron, él acababa de llegar a Estados Unidos desde su Austria natal, apenas sabía hablar inglés o comportarse en la mesa. "Era humillante que te vieran con él, tenía un aspecto extraño. Yo venía de un entorno conservador y con dinero, ¿cómo pude ver algo en esa masa de músculos?", se preguntaba ella después. "Había química ahí, aunque él también tenía química con muchas otras mujeres".

Y sus reproches iban más lejos: "No me sentía querida ni valorada. Yo esperaba casarme y tener hijos. Él tenía metas más ambiciosas". Después vino una peluquera llamada Sue Moray, con la que mantuvo una relación abierta. Tan abierta que por la puerta se coló Maria Shriver. Se conocieron en una fiesta. Estaba también Eunice, madre de ella y hermana de John Fitzgerald Kennedy. Lo primero que Arnold le dijo a su suegra fue: "Su hija tiene un buen trasero". Ante lo que ella le respondió: "Muy amable".

Las acusaciones más preocupantes

Cuando Schwarzenegger se presentó por primera vez a gobernador de California surgieron múltiples acusaciones contra él. Algunas relacionadas con su reconocido consumo de marihuana o esteroides en el pasado, y otras por unas supuestas declaraciones a favor de Hitler. Las más importantes, sin embargo, vinieron por parte de algunas mujeres que le acusaron de meter la mano. Él entonces respondió: "No recuerdo lo que hice o dije hace 20 o 30 años. Pero muchas cosas son falsas porque ese no es mi carácter. Otras pueden ser ciertas. En esos casos quiero disculparme si ofendí a alguien porque no era mi intención". Y luego ganó las elecciones.

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