Hillary Clinton padeció una neumonía durante su última campaña electoral. /
El 12 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Neumonía. Esta enfermedad ha tenido una influencia significativa en la política de EE.UU., ya que fue la causa del fallecimiento de Ronald Reagan, y Hillary Clinton tuvo que interrumpir su última campaña electoral debido a esta enfermedad. También en España nuestros famosos, como David Bustamante, se han visto afectados.
La neumonía, también conocida popularmente como pulmonía, es una inflamación del pulmón. Generalmente está causada por una infección ocasionada por virus, bacterias u otros microorganismos. Así que, cuando hablamos de neumonía o pulmonía, casi siempre es sinónimo de infección en el pulmón.
En España, causa más de 15.000 muertes y más de 90.000 ingresos hospitalarios cada año y, a nivel mundial, es la primera causa de muerte por infección en niños menores de cinco años, falleciendo aproximadamente un millón de ellos al año.
¿Cómo se adquiere?
Así pues, esta enfermedad es frecuente y puede ser muy grave si no se trata adecuadamente, especialmente en los fríos meses invernales. La mitad de los casos está producido por bacterias. Entre ellas, la más frecuente en este tipo de infecciones sería el llamado 'neumococo'.
La neumonía se producirá cuando los virus o bacterias sean capaces de superar las barreras del aparato respiratorio, alcanzando tanto al pulmón como a las defensas de nuestro organismo. El origen de estos gérmenes será, principalmente, el aire que respiramos –en el que se mantienen flotando–, pero también el contenido contaminado del aparato digestivo –boca o faringe–, por ejemplo, en personas con una dentadura mal cuidada. Se pueden producir, también, como consecuencia de la aspiración de contenido del estómago, por ejemplo, durante un vómito –lo que se conoce como neumonía aspirativa–.
Las personas ancianas, las debilitadas por otras enfermedades crónicas o aquellas con las defensas bajas, como por ejemplo los enfermos de sida, tienen una propensión mayor a las neumonías. También lo son las personas a las que se les ha extirpado el bazo y los alcohólicos.
Sintomatología
Los síntomas clásicos son la aparición, más o menos brusca, de tos, escalofríos, fiebre y esputos que suelen tener un aspecto sucio, grisáceo o amarillento e, incluso, con restos de sangre. En ocasiones, puede asociarse a dolor en un costado.
La respiración puede hacerse más rápida y superficial y podrían aparecer estados de confusión o delirio, sobre todo en gente mayor. La neumonía no tiene por qué producir todos los síntomas juntos, a veces, solo produce algunos. Por ejemplo, en los niños, se puede manifestar como un estado de adormecimiento o falta de reactividad a estímulos.
El diagnóstico de sospecha se realiza mediante la historia clínica y la exploración, y se confirma con estudios radiológicos, como la radiografía de tórax, y mediante cultivos para determinar el germen causante. Según las circunstancias, el estudio será más o menos extenso, dependiendo de si es preciso descartar otras enfermedades asociadas.
Tratamiento
Se realiza con antibióticos. En los casos más leves, se puede realizar ambulatoriamente, esto es que el paciente toma los medicamentos en su domicilio, siendo controlado por su facultativo. En los casos más severos, requiere de ingreso hospitalario y tratamiento intravenoso. Pueden ser necesarios tratamientos como el oxígeno, sueroterapia... para estabilizar al paciente.
El pronóstico dependerá, en gran parte, del estado general de salud de la persona afecta, la edad de la misma –los pacientes jóvenes se recuperan antes que los mayores– y la virulencia del germen causante. Son muy conocidas las epidemias de neumonía causada por ‘legionella’, debido a la contaminación de los sistemas de ventilación, que nos han afectado en los últimos tiempos, causando varias muertes y han trascendido a los medios de comunicación.
Prevención
En caso de haber sufrido una extirpación del bazo, por un accidente de tráfico, por ejemplo, o si se tiene más de 65 años y diabetes, cardiopatía o alguna enfermedad respiratoria crónica, es recomendable ponerse la vacuna neumocócica, que tiene efecto durante cinco años. También es recomendable la vacunación de la gripe en los grupos de población en los que está indicado –consulte a su médico–.
En general, si se tiene síntomas como los anteriormente descritos o un catarro que no se termina de curar, realice una consulta. Cuide su salud y la de las personas que le rodean y recuerde: "Beber sudando agua fría, catarro o pulmonía".
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