"Últimamente empiezo hablando contigo", le dijo Roberto Leal antes de que el público le jaleara "Cepeda se queda". Se vivió en plató un momento tenso cuando nadie del jurado quiso comentar su actuación, obligando a Manuel Martos a pronunciar algunas palabras genéricas de apoyo.

Según Manu Guix es ‘la viuda negra’. Y, por ahora, así parece: concursante al que se enfrenta, concursante que es expulsado. Lo irónico es que cada uno de ellos ha realizado la mejor de sus actuaciones y no por ello lograron salvarse. Es más, el gallego lleva una racha de interpretaciones fallidas que sus fans le han perdonado. Durante las semanas anteriores, al menos había brillado en los ensayos aunque luego se apagara en las galas. Ni siquiera ha sido el caso esta semana. Es verdad que ha estado enfermo, pero sus compañeros han pasado por el mismo trance y salieron adelante (Miriam, sin ir más lejos). Recordemos que en el pase de micros, tras fallar en su canción, tiró la toalla en la actuación grupal: ni estaba ni se le esperaba…. Los profes salieron en su ayuda, pidiéndole incluso que bajara tonos. Pero a Luis lo que le entra por un oído le sale por otro, como vimos cuando Amaia le comentó un cambio de nota mientras tocaba a la guitarra el tema que ha compuesto: una canción preciosa que pudo cantar sin problema alguno, curiosamente.

Porque el problema de su actuación no ha estado tanto en la voz como en su pobre intención y en su tendencia a acelerarse, debilidades que ya l e han señalado en repetidas ocasiones, incluso cuando no estaba enfermo.

Y luego está lo que podríamos llamar "la paradoja Cepeda": lo mismo dice que la nominación le viene bien porque le permite elegir tema como se pone lloroso y se queja de que, por la nominación, no puede crecer porque no le imponen los temas. Basta recordar la elección de canciones por parte de Roi o Ricky, por ejemplo, para ver que el nominado es libre de arriesgar. Algo que él nunca ha hecho: no le vemos evolucionar porque elige el mismo tipo de canción, siempre en su zona de confort vocal. Veremos cómo le influye el comentario de Joe: "Tu actuación ha sido la peor de todos los concursantes de la Academia".

Febril y cansado, tampoco ha tenido el cuerpo para bromas: en clase de comunicación, cuando Agoney ha comentado que "la gente se desnuda y toca lo que no debe", ha saltado con un "estás insinuando que el dormitorio hay salseo y yo tengo pareja, no me hace ninguna gracia." Eso sí, una vez en el Chat, ya no le ha costado alimentar la carpeta con Aitana cantando 'No puedo vivir sin ti' con cara de tomárselo al pie de la letra. Otra paradoja.

ROI (‘Versace on the floor’, de Bruno Mars)

Es el gran amigo de Cepeda. También gallego. Ha sido favorito y es, por su simpatía y su duro trabajo, uno de los más queridos concursantes de esta edición. Los amantes de las conspiraciones están de enhorabuena: anoche muchos especulaban con el hecho de que su nominación fuera más bien fruto del cálculo del jurado, pues es un firme candidato a seguir en la Academia. Y es verdad que anoche quedó bien claro, sobre todo por parte de Mónica Naranjo y de Joe Pérez-Oliva, que Cepeda no es bienvenido a la final del concurso. Sea como fuere, la situación es una faena para Roi. Una desconsolada Ana Guerra era el reflejo de la reacción de la audiencia, con el 'fandom' reconociendo que no iban a entrar en guerra. Por ahora. Tenemos dos semanas para ver qué sucede.

"No hay duda de tu evolución y eres muy buen compañero, pero el tiempo corre en tu contra. Te has esforzado…" Fue la valoración del jurado antes de darle la mala noticia. Nadie puede rebatir eso: una semana más, ha ensayado y trabajado con constancia, pero ha sido incapaz de quitarse la cara de sufrimiento mientras canta. Querían que fuera una suerte de Christian Gray gallego, con mucho ‘sex appeal’ ("con la mirada que pone Cepeda en las fotos", bromeaba), pero no llegó a soltarse del todo en la puesta en escena: se le veía tenso, y eso que Vicky le había insistido en que relajara los hombros y realizara los movimientos con menos energía y más ‘flow’.

Salvado por la Academia: Agoney

Aunque algunos piensen que las regañinas de Noemí iban por Raoul, lo cierto es que gran parte de los mensajes eran para Agoney, que ha regresado de la firma de discos con una actitud un poco chulesca: lanzó la pizarra, hizo una peineta, incluso en el pase de micros parecía un poco ‘pasota’: "no ha terminado la canción y ya está en la escalera", se quejaba la directora.

Como le comentó el jurado, con esta canción le suponía superar tres retos: el idioma, transmitir intensidad y llenar el escenario. Consiguió lo tres, pero pagando el precio de los desajustes vocales. "He sufrido tanto escuchándote. Sólo puedo decirte eso", fue el enigmático mensaje de Mónica Naranjo.

El canario no conocía la canción, y al principio tampoco parecía gustarle. Luego, con ayuda de Manu Guix, que le fue introduciendo en el trasfondo de este clásico de la ‘chanson’ francesa, incluso jugó a incorporar esa ‘purpurina eurovisiva’ que le diera un color más personal. No recibió una clase específica de francés (como tuvo Alfred de portugués), pero sí la ayuda de profesores –incluso de un cámara– que, sin embargo, no dio los resultados esperados.

Salvado por la los compañeros: Alfred

Esta semana ha sido como una montaña rusa para el catalán, que sólo conocía una versión del tema cantado por Bunbury pero desconocía la versión original. Tampoco sabía cómo enfocar la interpretación porque no encontraba a quien dedicársela porque no se identificaba con ella. Los Javis insistían y al final algo hizo ‘click’ en Alfred. Cuando encontró esa persona, alguien que ya no está, que se fue recientemente y que asociaba a su yo de un pasado que prefería no recordar, "porque no era un yo positivo", se abrió la espita de los recuerdos y las emociones y Alfred se hizo más vulnerable que nunca. "Yo creo que lo cantas tan bonito porque es un sentimiento reciente", le comentó Ana Guerra.

Con Laura al piano, ha vivido estos días con dolor cada uno de los ensayos. Sobre todo cuando los Javis le agarraban para forzarle a gritar 'Vete de mí' con rabia, y recordándole que la canción insinúa "Te quiero tanto que no puedo estar contigo porque yo no me quiero tanto", pidiéndole que se quitara el escudo de artista para mostrarnos a la persona. Pero el escudo no cayó. Al menos en la gala. Todas las indicaciones de Laura y Manu, las relacionadas con sus vicios y dejes ("deja de cantar como si fueras guiri", no se cansaba de decirle el director musical), aparecieron al final en el directo. "No has arriesgado nada. Ya te pillaré mañana", le riñó Noemí. "En tu mundo y tu registro eres muy bueno. Pero te falta versatilidad. No es malo, porque tienes sello propio y pocos artistas tienen sello propio", sentenció Mónica Naranjo antes de nominarle. Los profesores no le salvaron porque su falta de autocrítica le lleva a desobedecerles. En casa todos esperaban a ver la pizarra de Amaia con el nombre de Alfred. Menos mal que no fue la única.

Seguro que también te interesa...

'OT 2017'. Mireya: "Por una vez me sentí diva"

La bronca de Noemí Galera a los chicos de 'OT 2017': "Se os está yendo la pinza"

El marido de Mónica Naranjo y Ricky ('OT 2017') inician una guerra en las redes