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Agoney
Todos los expulsados al llegar al 'Chat' descubren quién era su favorito. Casi todos tenían a Agoney como candidato ideal. Tiene voz y personalidad, es verdad; pero también una especial querencia por la 'purpurina'. Lo malo es que siempre parece que va a arrasar y siempre pasa algo que se lo impide.
El caso de 'Rise like a Phoenix' fue paradigmático: muchas esperanzas y al final, muchos gallos. Una pena porque el potencial es tremendo, no cabe duda. Tampoco hay actuación que no nos ofrezca la imagen de Agoney quitándose el 'in-ear'. Después de una semana en la que sufría por el baile (que si le daba vergüenza, le decía a Vicky), lo descubrimos subido a un cubo gigante de leds sin dar ningún paso.
Más que coreografía, tenía sacudidas. Se supone que era 'DJ', a lo David Guetta, aunque para Mónica Naranjo fuera más rollo Kiko Rivera. No, tranquilos, no lo dijo. Pero puso cara de estar pensándolo.
Nerea
"Aunque llore estoy bien", decía abrazada a su gran amigo. Nerea estaba destrozada porque, pase lo que pase, sabe que ha perdido. Ella y Agoney son uña y carne: no se separan, bromean, se hacen confesiones, lo comparten todo. Tenía la catalana una hermosa canción de Nikka Costa, 'On my own', que solo dominó al final. Arrancaba con una simbólica maleta con la que llegaba al escenario y, una vez liberada de ella, se crecía.
Ese arranque fue polémico desde el primer pase de micros. Mamen quería un poco más de 'speech', más recitativo, pero Manu temía que derivara hacia el terreno del musical. Al final, ni lo uno ni lo otro: volvieron las inseguridades y las desafinaciones que tanto le cuesta superar. Una pena, porque cuando las supera derrocha voz y los tonos más difíciles. Con todo y con eso, es una alumna ejemplar que ha mostrado una gran evolución. A pesar de esos pasitos para atrás.
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