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Hay quien decide, ante algo que le parece una injusticia, tomarse la justicia por su mano. Harvey Weinstein acaba de comprobarlo. El productor de Hollywood recibió dos puñetazos mientras cenaba en un restaurante en Scottsdale, Arizona.
Harvey se encontraba en Elements, un restaurante dentro de un resort de lujo, cuando un par de personas se le acercaron y uno de ellos, que dijo ser un apasionado de sus películas, le pidió hacerse una foto con él. Harvey no quiso hacerse la foto con él -según un empleado del local, de manera amable-.
El hombre se fue, pero regreso unos minutos después en una actitud menos conciliadora. "Eres una mierda por todo lo que hiciste a esas mujeres", le recirminó antes de propinarle dos puñetazos en la cara y de provocar que Weinstein estuviera a punto de caerse de espladas de la silla.
Una persona, que grabó los hechos, se ofreció a llamar a la policía, pero Weinstein declinó la idea.
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