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Comenzó a triunfar en los 60, cuando un concurso radiofónico le puso en el mapa musical. En España a Salvatore Adamo (74) le conocimos en 1963 con 'Sans toi ma mie'.
Ahora, tras 55 años de carrera, el cantante regresa una vez más a nuestro país, para dar dos conciertos: el 27 de enero en el Palau de la música de Barcelona y el lunes 29 de enero en el Teatro Nuevo Apolo de Madrid.
Corazón Tiene previstos una decena de conciertos y sacará nuevo disco a mediados de 2017. ¿De dónde sale esa energía después de 55 años sobre el escenario? Salvatore Adamo Del entusiasmo, de la consciencia de vivir de algo que amo. Sigo considerando que cantar no es una profesión, es un hobbie ¡Y yo vivo de él!
C. Se han editado 100 discos suyos en todo el mundo y algunas de sus canciones, como 'Tombe la neige', se han traducido a diversos idiomas. S.A. De hecho, en Japón hay más de 15 versiones de la canción. Una vez iba en un avión y se escuchaba una versión instrumental de Tombe la neige. Pregunté de quién era y me respondieron: "Es una canción tradicional japonesa". ¡Me habían anexado al folclore japonés! (risas).
C. La canción 'Inch’Allah' (1967) fue prohibida en varios países por entenderla como un apoyo a Israel. ¿Cómo vivió la situación? S.A. Fue una interpretación equivocada de algunos lugares, que no percibieron el mensaje de paz. El hecho de hablar de Israel, para algunos países, era una condena para mí. Yo no lo sabía, no podía imaginarlo... pero al final la vida me ha dado la razón. Una vez, en Senegal, había muchos libaneses y sirios en la sala, y me pidieron que no cantara esa canción. Yo no soy un provocador, así que terminé mi actuación sin cantarla. Y cuando estaba en mi camerino empecé a escuchar gritos de "Inch’allah, Inch’allah" y volví al escenario. Solamente evocarlo me emociona.
C. No es su única actuación histórica. ¿De cuáles se acuerda usted? S.A. De la primera vez que pude volver a entrar en un país árabe. Fue en Túnez, en 2003, y canté en el anfiteatro de Cartago ante 13.000 personas. Pregunté al organizador si podía cantar Inch’allah y me dijo que era mejor evitarlo. Pensé que era una lástima y pedí que le preguntaran al ministro de Cultura. Dijo que sí, así que la canté. Y en Berlín, la primera vez que la canté, en 1969, también me dijeron que no lo hiciera, porque evocaba la Shoah (el Holocausto). Pero al final hubo casi 20 minutos de aplausos.
C. Últimamente se han publicado cosas sobre usted como que se había separado de Nicole. S.A. Sí, estoy soltero... ¡Con una mujer, dos hijos y tres nietas! Estoy casado desde 1969.
C. Pues también se publicó que se había vuelto a casar. S.A. ¡Qué energía tengo! No estaba al corriente, pero estaría bien que me presentaran a mi nueva mujer (risas).
C. Otro de los 'rumores' que se extendió fue su ‘romance’ con Paola de Bélgica S.A. Ah, sí. Eso surgió de un periodista italiano. En 1964, yo había tenido mi primer éxito en Bélgica y Paola se acababa de casar con Alberto. Ese periodista, desde Italia, escribió: "Adamo hace cantar Dolce Paola a toda Bélgica". Hasta eligió el título de la canción, porque yo nunca había pensado en algo así. Unos meses después, fue el centenario de la Cruz Roja. Organizaron una recepción y ahí me encontré con Paola por primera vez. Y ella me dijo: "He leído que me ha escrito una canción». Le respondí que sin su permiso nunca lo haría. Y me contestó: «Si es tan bella como Sans toi ma mie, ¿por qué no?". Y ese por qué no para mí fue como un contrato moral. Seis meses después me vino la idea y escribí Dulce Paola, un homenaje a su belleza y dulzura, pero hablo en tercera persona y está llena de respeto. Además, nunca nos vimos fuera de un acto oficial.
C. ¿Cómo lleva su familia la vida de artista? S.A. Durante años tuve miedo de que mis hijos algún día me lo reprocharan. Ahora sé que comprenden que su padre es artista. Mi hijo menor, que es músico en el grupo de electro rock Fujiya & Miyagi, volvió ayer de China.
¿Sabías que Salvatore Adamo es Escorpio? Consulta su horóscopo