Si algo ha caracterizado a Elon Muskdurante su trayectoria es su actitud de millonario excéntrico. El creador de Tesla ha dado la última campanada esta semana al hacer público el nacimiento de su sexto hijo, el primero que tiene con su actual pareja, la cantante canadiense Grimes, y anunciar el nombre del pequeño: X Æ A-12 Musk.

"Mamá y bebé están bien", escribió en su cuenta de Twitter el empresario. Los que no se quedaron tan bien fueron sus seguidores, que no tardaron en incendiar las redes sociales tratando de desvelar el porqué de semejante nombre. Algo que se adelantó a explicar la recién estrenada madre. "X es la variable desconocida", contaba en sus redes sociales Grimes. "Æ es en élfico la letra Ai, que significa amor o inteligencia artificial", y por último, A-12, en referencia a su avión favorito de la pareja, creado por la CIA con fines de reconocimiento, “sin armas, sin defensas, solo velocidad. Excelente en batalla, pero no violento”.

Aunque para ellos esté cargada de significado, la extraña elección podría no llegar a buen término por cuestiones legales que limitan los nombres que se pueden poner a los niños en el estado de California. Para poder inscribirlo en el registro solo se pueden usar los 26 caracteres del alfabeto inglés, y ningún otro símbolo. Algo que ya veremos como resuelven.

El caso es que hay numerosos casos de famosos que ponen a sus hijos nombres raros, no sabemos si en un alarde de originalidad o porque tienen un significado especial para ellos, aunque a los mortales de a pie nos cueste entenderlo. Así tenemos el caso de Blue Ivy, hija de Beyoncé y Jay Z, a la que parece que llamaron así porque el cuatro (IV en romano) es el número de la suerte de la cantante y significa en griego eternidad. Lo de ‘Blue’ es una aportación del padre, cuyo color favorito es el azul. Pero sus otros dos hermanos, que nacieron en 2017, tampoco se quedan atrás. La cantante decidió llamar a sus mellizos Rumi y Sir Carter.

Beyoncé con su hija Blue Ivy / gtres online

Si Kylie Jenner llega a saber las críticas y mofas que iba a recibir por llamar a su hija Stormi –muy parecido a Stormy, que significa tormentoso en inglés y es el nombre de la actriz porno amiga de Trump– , igual se lo hubiera pensado dos veces. O quizá no, porque ya sabemos que a la joven, como a toda su familia, le encanta ser el centro de atención. Solo hay que recordar que los hijos de su hermana Kim responden a los nombres de: North (Norte), Saint (Santo) y Chicago. Todos con el West (Oeste) de apellido.

Otras parejas que también han decidido poner nombres nada comunes a sus retoños han sido famosos como Kate Hudson que en 2018 decidió honrar a Ron Fujikawa su suegro fallecido y llamar a su hija Rani Rose. Legendarios son por otro lado los que Angelina Jolieha elegido para su algunos de los seis hijos que tiene: Shiloh, Maddox o Pax.

Una tendencia en la que creó un precedente Gwyneth Paltrowcuando anunció que su primogénita, que nació en 2004, se llamaría Apple (manzana en castellano) a los que se suman atrevimientos como el del exintegrante de One Directon Liam Payne, que bautizó a su primogénito Bear (oso), o los Beckham, que eligieron Brooklyn para su primer hijo ya que, según ellos, fue donde le concibieron. Y es que si a Tom Cruise y Katie Holmes Suri les pareció adecuado, o Mariah Carey quisó que las inciales de los nombres de sus gemelos coindieran con la suya y eligió Moroccan y Monroe -en homenaje a Marylin-, podemos atrevernos a asegurar que el cielo es el límite.