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Andreu Buenafuente y la tele que no se ve

Hay en España un programa del que se habla mucho, pero que apenas tiene espectadores: el de Andreu Buenafuente.

Andreu Buenafuente en el plató de su programa, 'Late Motiv'. / agencias.

Antonio Albert
Antonio Albert

Bueno, en realidad son dos. Y de la misma factoría. Tanto 'Late Motiv', de Andreu Buenafuente, como su hermano pequeño, 'La resistencia', de David Broncano, ocupan las noches de #0 con apenas 50.000 espectadores pero, al día siguiente, los 'clips' de los mejores gags, los editoriales o las entrevistas presiden la página de inicio de YouTube, logrando buenos datos de visualizaciones que permiten a los no abonados seguir los pasos de unos humoristas que, por su parte, tienen una audiencia fiel gracias a un humor inteligente.

Broncano se ha ido ganando su espacio con un tono más gamberro e, incluso, surrealista. Hace unos días, la centralita de la cadena se bloqueó con llamadas –incluso de ejecutivos de Telefónica– quejándose de su supuesto fallo técnico que llevó a tener una entrevista en bucle… Pero no era un fallo, era el gag. Así que podemos decir que fue un éxito…

Culebrón Arús

Alfonso Arús junto a su esposa, Angie Cárdenas. / cordon press.

La semana pasada comentamos las batallitas entre Telecinco y Antena 3. Paralelamente asistimos a una guerra por un fichaje que, finalmente, ha ganado Atresmedia: Alfonso Arús, responsable de 'Arúscity', (8tv) , ha fichado por La Sexta. El presentador y su esposa, Angie Cárdenas, socios de la empresa que produce su magacín, han declarado que no se trataba de un tema económico sino de una cuestión personal.

Y aquí conviene detenerse para analizar las razones para rechazar el contrato de Mediaset… Por un lado, es cierto que trabajan con productoras participadas, es decir, de las que son socios, pero también lo es que atarse con un contrato de cadena tiene el riesgo de convertirse en carne de polígrafos, máxime cuando ha protagonizado alguna que otra situación de culebrón como le ha pasado a la pareja, con broncas en directo, líos de familia y polémicas que, de abordarse, se convertirían en pasto de suculentas tramas…

Olivia de Havilland, todo un personaje

Catherine Zeta-Jones caracterizada como Olivia de Havilland. / d.r.

Menuda fue Olivia de Havilland en ese Hollywood dorado en el que se enfrentó a toda la industria, a todos los hombres que la componían, incluso a su propia hermana, Joan Fontaine, con la que estuvo años sin hablarse. Pero no hablemos de la actriz en pasado.

Tiene 101 años y muchas ganas de guerra. Ryan Murphy no se imaginó al escribir Feud, la maravillosa serie sobre Joan Crawford y Bette Davis con Jessica Lange y Susan Sarandon al frente, que acabaría en el banquillo por poner en boca de Catherine Zeta-Jones las palabras que supuestamente podría haber dicho la estrella de 'Lo que el viento se llevó'. Murphy, que actuó como un fan y mitómano, se ha dado de bruces con la realidad: Havilland se ha querellado por "falsear y usar su imagen sin consentimiento".

Sobre todo en la escena de la famosa ceremonia de los Oscar en que Bette Davis perdió el premio y Joan Crawford removió tierra y aire para recoger la estatuilla que no le correspondía. La serie de televisión imaginaba una entrevista que nunca ocurrió, algo a lo que la actriz se aferra como una jabata para no parecer "una cotilla".

La demanda no tiene visos de ganarse, porque la serie recrea en clave de ficción unos hechos en los que ella ni siquiera es protagonista, pero confirma que la 'vieja escuela' de Hollywood tiene en la resiliencia la razón de su supervivencia frente a esas nuevas generaciones que suben y bajan en los 'rankings' de popularidad.

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